Daniela Liebman y la OFJ, profetas en su tierra
Daniela Liebman. Foto: TW| @FilarmonicaJal




Guadalajara, Jalisco. 

Tuvo que pasar una pandemia y que corriera suficiente tinta sobre el hallazgo de una niña prodigio que sabía tocar el piano con orquesta. Fueron los años del estrellato. Ahora, Daniela ya no es una niña, sino una joven que sigue siendo una talentosa ejecutante del piano. Esta noche lo volvió a hacer: dominó el piano y triunfó en el Teatro Degollado. 

La noche de este jueves recibió la ovación de las más de 800 personas que acudieron al Teatro Degollado, en lo que también es el inicio de la primera temporada de la Orquesta Filarmónica de Jalisco.

Como ya es costumbre, la cita del jueves dio inicio a las 8:30 de la noche. La llegada de la titular de la Secretaría de Cultura, Lourdes González, y otros políticos que prefirieron este evento al partido del Atlas (que perdió 2-0 frente a Rayados), marcó el inicio de la presentación, que se prolongaría por poco más de dos horas.

Primero, el director de la noche: José Luis Castillo. Sin portar esmoquin, ni corbatín, sino una camisa oscura holgada, unos zapatos de charol y una energía abrumadora; el también compositor de origen español, comenzó a dirigir las partituras de la Obertura Trágica de Johannes Brahms.

Casi de manera inmediata de la primera faena, un piano largo de cola, negro y recién lustrado, emergió de la grúa oculta en la cámara del escenario. Minutos después, en un elegante atuendo de blusón blanco con pantalón y zapatillas oscuras, Daniela Liebman hizo su aparición. Y con ella, también llegaron los aplausos y las caras de sorpresa: se ha esfumado la cara de niña para saludar a un jovial rostro que mantuvo la sonrisa tanto como la noche se lo permitió.

Y es que, como si fuera una tarde de valentía en la fiesta brava, Daniela y José Luis Castillo mostraron talento al salir airosos de la ejecución del concierto para Piano en La menor, de Clara Schumann.

Al vaivén de la melodía, director y orquesta jugaron con los tiempos perfectos con los que Daniela retomaba el compás, de una obra que se ejecutó por primera vez hace más de 170 años.

Sin partituras a la vista, Daniela hacía pausas y silencios. Se contoneaba sentada, arremetía con fuerza y luego destrozaba con delicadeza cada una de las teclas. Siempre sonriente. Mientras sus tacones se deslizaban hacia delante y hacia atrás para pisar correctamente los pedales.

En menos de 15 minutos, los miembros de la Orquesta y su director, acompañaban de manera magistral el talento de una mujer que ha vuelto a Guadalajara para ser profeta en su tierra.

Al concluir, y con más de una hora de comenzado el espectáculo, Daniela regaló un pequeño solo de piano que hizo que más de alguno se pusiera de pie antes de despedirla. Y dar paso, después, al intermedio y conclusión del primero de ocho programas que tiene la OFJ para esta primera temporada del año.

Será el próximo domingo, a las 12:30 horas, cuando director y pianista se vuelvan a ver las caras. Y si el público cuenta con suerte, puedan volver a disfrutar lo que esta noche se pudo ver en el Degollado.


Omar García