La obra argentina que desafió a la dictadura y transgrede desde hace 50 años
Fotografía de Antonio Leiva, director de la obra de teatro ?La lección de anatomía?. EFE




Buenos Aires, Argentina.

Son más de 10.000 funciones solo en Argentina y cerca de cuatro millones de espectadores distribuidos a lo largo del tiempo y en diferentes países, la obra de teatro La lección de anatomía, festeja en escena su 50 aniversario.

Estrenada en Buenos Aires durante el Congreso Internacional de Enfermedades Psicosomáticas en diciembre de 1972, revolucionó la escena teatral al incorporar desnudos y abordar sin censura temas como el suicidio, el aborto, el incesto o la frenética carrera por el éxito.

Su autor, Carlos Mathus -fallecido en 2017-, encontró inspiración en “La lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp”, la célebre obra pictórica del siglo XVII en la que Rembrandt retrata al médico holandés, diseccionando un cadáver frente a colegas y alumnos.

Una operación metafórica que el argentino extrapoló a su dramaturgia: “Carlos tomó el alma humana, a la persona, y tuvo la virtud de exponer en una hora y media, la humanidad”, manifiesta Antonio Leiva, director de la obra.

Origen de un clásico

Tras la presentación en el congreso médico, en marzo de 1973, entusiasmados con la idea de representar la obra durante al menos una semana o un mes, Mathus y Leiva estrenaron la pieza en un teatro comercial. Su éxito fue tal que continuó ininterrumpidamente por 36 años.

“El público fue un eje fundamental de la permanencia de ‘La Lección de Anatomía’ en cartel”, subraya Leiva, más aún durante los años de la dictadura (1976-1983) en el país suramericano: “Creo que el público fue uno de los que sostuvo y desafiaba en ese momento en el que te metían miedo”.

Leiva recuerda que una vez a la semana, las "fuerzas" irrumpían en la función para revisar documentos de identidad, pero que a pesar de este acoso, ellos decidieron nunca bajar de cartel la obra.

"Nos hacía estar todavía más seguros de lo que hacíamos y hablar de todo lo que queríamos, todo lo que le pasaba a esta sociedad”, afirma el director.

Leiva, que como actor interpretó la mayoría de los roles masculinos de la obra, recuerda con humor que en una oportunidad, mientras estaba en la escena del desnudo, irrumpieron en la sala para pedir identificaciones.