Consultorios placebo: ¿Farmacias que salvan vidas?



Guadalajara, Jalisco.

Luego de una pandemia que transformó al planeta entero, México aún padece las secuelas de una crisis mayúscula: garantizar el derecho a la salud.

La sobresaturación y el desabasto de medicamentos en las instituciones de salud pública han sido uno de los principales dolores de cabeza de la población, quien busca alternativas para paliar su malestar.

El vértigo de Ramona Hernández es un reflejo del desequilibrio del Sistema Nacional de Salud para dar cobertura universal a las y los mexicanos. Esta situación la orilló a acudir a un Consultorio Adyacente de Farmacia, o CAF.

Ramona no solo sufre de vértigo, sino que carece de seguridad social. Es decir, el Estado no la atiende en su malestar. Y para calmar sus alucinaciones del movimiento, paga 30 pesos cada vez que acude al consultorio más cercano de su colonia, por lo general dos veces a la semana.

Ramona recorre 15 minutos y, en un tiempo similar, es escuchada y revisada por un médico general. Para ella eso es un alivio, ya que afirma que, si fuera a un consultorio de la Secretaría de Salud, en donde no pagaría, se llevaría toda una mañana.

“Muy buena atención en esas farmacias, se la recomiendo porque me ha quitado el mal cuando he acudido a mis consultas. No cuento con Seguro Social y, más que nada, es la economía y la emergencia”, comentó Ramona.

Mientras que la cabeza y los ojos de Ramona giran y giran sin detenerse, tres personas más sin seguridad social también acuden a uno de los 18 mil Consultorios Adyacentes de las 40 mil farmacias que hay en el país, según la Asociación Nacional que representa a esos establecimientos.

En dichos espacios revisan los signos vitales, hacen una exploración general, escuchan el sentir del paciente y realizan una prescripción médica con casi cinco medicamentos, los cuales se deben comprar en la misma farmacia.

Ahí radica el negocio de esos consultorios adyacentes.

Especialistas en salud pública y economía coinciden en que este mercado responde a una urgencia de la población que demanda cercanía, accesibilidad, rapidez y oportunidad para atender su salud ante un mundo laboral complejo, en donde la madre y el padre de familia trabajan bajo condiciones laborales inadecuadas.

Una tarde en el IMSS. Foto: IMSS

El jefe del Departamento de Economía del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA), Martín Romero Moret, menciona que, ante jornadas laborales extensas y falta de tiempo, cuando alguien de la familia enferma o es el propio trabajador quien lo padece, lo primero que busca son los Consultorios Adyacentes a las Farmacias.

“Hablamos de padres de familia que trabajan dos turnos. Realmente tienen poco tiempo para atenderse y van al lugar más cercano. Esos consultorios han respondido a esa demanda social, porque el servicio de salud pública no ha respondido a las necesidades que tiene la población. La población ha crecido mucho, se ha extendido y las clínicas que ha creado el sistema de salud han sido mínimas, muy bajas en número en relación con el crecimiento de la demanda”, explica Romero.

Los primeros Consultorios Adyacentes de Farmacias surgieron en 1997; entre sus características destacaba el ofrecer consultas y fármacos similares a un precio accesible, mientras que en las instituciones de salud pública reinaba el desabasto y en las consultas de médicos privados los precios eran altos.

Foto: fillingim24 en Flickr

En la primera década del Siglo XXI se contabilizaban cuatro mil consultorios de cadenas de farmacias; sin embargo, para 2010, con el Acuerdo para la venta y dispensación de antibióticos, se detonó su proliferación en el país.

Pero, ¿en realidad es esta una opción que no solo ayuda a paliar la sobresaturación que registra el sistema de salud mexicano?

¿En verdad son la salvación que necesitan los mexicanos para atenderse ante cualquier enfermedad?

No te pierdas la segunda parte de este trabajo especial:

Consultorios Placebo.


Isaura López Villalobos