Guadalajara, Jalisco.

Afuera de la casilla instalada por el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC) en la escuela primaria Sara Róbert, frente a Plaza México, no todas las personas que salían de votar en la consulta popular 2021 sobre el pacto fiscal se retiraban de inmediato del lugar.

La abogada Monserrat que entrevistamos anteriormente no fue sola. Se encontró con otras amigas y, después de votar, todas estuvieron acercándose a cualquier transeúnte que pasaba por la zona, e incluso, cruzaron la Avenida para, en el estacionamiento de Plaza México, interceptar a quienes bajan de sus autos para ofrecerles ir a votar.

Después de estar varios minutos observando su entusiasmo, este medio se acercó a una de ese grupo que volvió a la casilla para entrevistarla.

A diferencia de otras jornadas electorales, donde se involucran partidos políticos en competencia, la consulta popular 2021 promovida por el Gobierno del Estado de Jalisco adoleció de observadores civiles que monitorearan la pulcritud de la participación ciudadana.

Por ello, los grupos de 20 personas que llegaban juntos a votar o los acarreos que se denunciaron en la sierra Wixárika, difícilmente se considerarán como acciones coercitivas o ilegales.

Pero Lilia González, quien afirmó no trabaja para alguna dependencia gubernamental o estar ligada al partido Movimiento Ciudadano, el domingo 19 de diciembre representó la esperanza de las y los ciudadanos sin interés o condicionamiento alguno que salen a participar y, ¿por qué no? Insisten a otros para acudir a la casilla.

Así, sin saber los efectos de los resultados de la consulta popular 2021, Lilia siguió junto a otras mujeres buscando afanosamente que más personas se cargaran a la casilla.