Las cárceles en Latinoamérica son lugares de profundo sufrimiento
Fotografía: EFE/Ana María Arévalo Gosen




París, Francia.

Las cárceles son "lugares de profundo sufrimiento, de inactividad absoluta", así define la realidad penitenciaria de Latinoamérica la fotoperiodista venezolana Ana María Arévalo Gosén, que retrata en sus imágenes una realidad cotidiana donde las presas no tienen acceso a agua potable, comida o servicios médicos.

Arévalo expone sus fotografías en la actual edición del Festival de Fotoperiodismo de Perpiñán "Visa pour l'Image", que concluye el próximo día 11.

Fotoperiodista y artista, se marchó de su país en 2009 por la crisis y, tras estudiar Ciencias Políticas en Francia, encontró en la fotografía su pasión y la manera de crear historias con impacto.

Fotografía: EFE/Ana María Arévalo Gosen

Gracias a su ambicioso proyecto "Días Eternos" sobre la vida en las prisiones femeninas de Venezuela, y posteriormente de El Salvador y Guatemala ganó en 2020 el premio Lucas Dolega y en 2021 el Camille Lepage, lo que le ha valido ser seleccionada para exponerlo en el festival.

En los centros de detención que ha visitado, las mujeres

"no tienen comida, no tienen agua y no tienen servicios médicos"

Además carecen de ropa, camas y de baños privados, en una situación absolutamente precaria que vulnera sus derechos más básicos, explica.

Además, Arévalo denuncia que en los tres países en los que desarrolló su proyecto hay mujeres

"que esperan años para pasar a juicio"

Esto debido a los retrasos de los procesos judiciales, que provocan que haya personas que cumplen una condena anticipada "sin importar si eres inocente o culpable".

Comparte que la peor parte de la realidad que viven las mujeres es la maternidad, ya que muchas de las cárceles no cuentan con una infraestructura adecuada para que las madres puedan vivir con sus hijos, aunque por ejemplo según la ley guatemalteca es un derecho que tienen las presas hasta que los niños cumplan los cuatro años.

El momento en el que las mujeres son separadas de sus hijos es especialmente complicado, ya que los niños han crecido entre rejas, algunos incluso han nacido dentro de la prisión y no conocen lo que es la libertad, y deben de adentrarse en un mundo totalmente diferente para ellos.