Se avecina “nueva catástrofe en educación”, advierten investigadores de 4 universidades
Imagen: Redes sociales




Guadalajara, Jalisco.

A raíz de la pandemia, México vive una nueva catástrofe educativa, similar a la identificada como la catástrofe silenciosa hace 30 años, con el abandono escolar de 2.5 millones de niños y jóvenes de las aulas, lo que equivale a 10% del total de la matrícula, afirmó Adrián Acosta Silva, coordinador académico de Jalisco a Futuro.

Durante el webinar “La Crisis y el Futuro de la Educación”, organizado por la Universidad de Guadalajara (UdeG) y Jalisco a Futuro, los ponentes hicieron un llamado a las autoridades federales, para que realicen un “acuerdo nacional” de rescate del sistema educativo, que mitigue los efectos negativos del cierre de las aulas por la pandemia.

En forma silenciosa, se vive en el mundo una “privatización de la enseñanza”, dijo Adrián Acosta.

“Yo me atrevería a decir que hoy la catástrofe silenciosa tendría que ser traducida en términos de un proceso veloz, de desinstitucionalización de la escuela. ¿Qué significa esto?. Lo que estamos mirando es –de manera paradójica- como el manejo de la crisis, no sólo en México, sino en todo el mundo, está privatizando la enseñanza. ¿Cómo la privatiza?, la escuela es sustituida por la casa familiar, los maestros son sustituidos por los padres de familia, en especial por las madres –cosa que ya venía sucediendo- Los espacios de socialización de interacción social, que eran los salones, los patios de recreo, en el preescolar y la primaria, hasta la universidad, están sustituidos por las plataformas digitales”, dijo.

El gobierno federal recién presentó el programa sectorial de educación para lo que resta del sexenio, que en realidad, le restan poco más de cuatro años. Sin embargo, Angélica Buendía, investigadora de la UAM-Xochimilco, puntualizó que el documento no incluye nada acerca de la crisis educativa que desató la pandemia del Covid-19.

“De por sí la pandemia no aparece en el documento. Aunque el programa de educación acaba de salir en plena pandemia, la pandemia nunca aparece como un elemento de crisis en el sistema educativo y en general en el país. Sin embargo, aquí está ya y la estamos viviendo y el tema de la obligatoriedad ya tiene sus primeros efectos con el abandono escolar provocado por la pandemia”, expresó.

En el caso de las universidades, lo que se avecina son aulas saturadas, profesores con más alumnos que atender, lo que terminará por afectar la calidad de la educación y los docentes ganarán menos ingresos, al retirárseles los programas de estímulos económicos, afirmó Wietse de Vries, investigador de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP)..

“Se pinta un panorama (negativo). Yo creo que es una crónica de una catástrofe anunciada ampliamente en el plan, donde en el futuro vamos a tener universidades públicas con muchísimos estudiantes, sin examen de admisión, con grupos grandes que no caben dentro del salón y con profesores de tiemplo completo o de medio tiempo, con salarios bajos, con pocos estímulos, que se dedican principalmente a la docencia”, subrayó.

Ante el panorama desalentador, Carlos Iván Moreno Arellano, coordinador académico de la UdeG, dijo que el camino a seguir debe ser que el gobierno de la república convoque a un “pacto” o un “acuerdo nacional”, en el que todos los sectores apoyen a la educación básica, en el que se incluya a las universidades públicas y particulares.

“Se habla en el programa sectorial de educación de un gran acuerdo nacional. Es momento de que un gran acuerdo nacional incorpore a las principales universidades públicas y privadas, en un rescate, en una colaboración transversal -también para fortalecernos nosotros mismos- del sistema de educación básica, y una cruzada por la transformación de la formación docente, de la digitalización de contenidos, etcétera, etcétera”, advirtió.

Los expertos lamentaron que la pandemia haya acentuado las desigualdades sociales entre escuelas pobres que no tienen agua potable, sin luz eléctrica y alumnos sin servicio de internet, frente a las escuelas urbanas y estudiantes que sí tienen los servicios básicos.


Ignacio Pérez Vega