Bogotá, Colombia.

Al menos 31 personas resultaron heridas la noche del martes en choques entre manifestantes y la policía tras una jornada de protestas convocada por sindicatos y centrales obreras.

"Tenemos 31 personas lesionadas entre policías y particulares", informó este miércoles Julián Pinilla, jefe de la Personería de Bogotá, entidad que vela por los derechos humanos en la ciudad.

Los choques ocurrieron en diferentes puntos de la capital al caer la noche, después de manifestaciones convocadas por el llamado Comité Nacional del Paro.

La organización - que reúne a sindicatos, centrales obreras, maestros y un pequeño sector de los estudiantes - pedía al Congreso que apruebe un pliego de diez proyectos de ley enfocados en ayudar a los más pobres durante la pandemia.

Las demandas incluyen una renta básica de unos 250 dólares, gratuidad para acceder a la educación superior y fortalecer el sistema de salud.

El comité reclama que algunos partidos en el legislativo "no dan trámite a las peticiones" y están dilatando su discusión.

"En su mayoría fueron manifestaciones públicas y muy pacíficas", resaltó el director general de la policía, Jorge Vargas, que sin embargo denunció que ocho uniformados resultaron heridos en actos de vandalismo.

El Comité Nacional del Paro también convocó en abril a cientos de miles de personas que protestaron contra una propuesta de reforma tributaria que pretendía gravar con impuestos a la clase media en plena crisis económica.

El movimiento, que empezó el día 28 de ese mes, desencadenó en una crisis social y política sin precedentes.

El presidente, Iván Duque, desistió rápidamente de la idea, aunque las manifestaciones se prolongaron con intensidad por casi dos meses. Al menos 60 personas murieron, de acuerdo con la Defensoría del Pueblo (ombudsman).

A mediados de septiembre, el gobierno impuso nuevos impuestos a empresas y el sector financiero para paliar la crisis sin afectar a la clase trabajadora.

Según la autoridad estadística, el 15% de los colombianos no tienen empleo, lo que se traduce en 1,8 millones de personas desocupadas.

Los estragos provocados por el virus elevaron la pobreza del 37% al 42% de los 50 millones de habitantes.