La secretaria de Relaciones Exteriores, Claudia Ruiz Massieu, partió rumbo a Egipto, adonde llegará este miércoles para tratar de aclarar las circunstancias en las que murieron al menos dos compatriotas a manos del ejército egipcio, durante una excursión turística por el desierto.

Claudia Ruiz Massieu viaja a El Cairo en compañía de familiares de los dos turistas mexicanos muertos, según México, de los seis heridos y de otros seis cuyo paradero se desconoce.

Al salir de México, la ministra dijo que iba a entrevistarse con responsables egipcios para "esclarecer las circunstancias de ese deplorable acontecimiento que le costó la vida a turistas mexicanos inocentes".

El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, pidió al gobierno egipcio "una investigación exhaustiva, a fondo y rápida" y que se establezcan responsabilidades sobre ese ataque que, según el testimonio de los heridos, fue perpetrado por un avión y helicópteros.

Sin embargo, dos días después de los hechos, el gobierno egipcio seguía negándose a comunicar la más mínima información sobre las circunstancias exactas del drama, el lugar preciso del ataque y el balance detallado de víctimas.

El gobierno egipcio anunció 12 muertos y 10 heridos en total, pero sin precisar cuántos mexicanos se encuentran entre las víctimas.

Desde el domingo, Egipto afirma que las fuerzas de seguridad atacaron "por error" al convoy de coches que transportaba a 14 turistas mexicanos en el desierto occidental porque se encontraban persiguiendo a "terroristas" yihadistas y los guías no tenían permiso para penetrar en esa zona "prohibida a los extranjeros".

Responsables de las fuerzas de seguridad que pidieron el anonimato dijeron a la AFP que el ejercito y la policía llevaban a cabo en ese momento una operación contra un comando que había secuestrado y decapitado a un civil egipcio empleado de las fuerzas de seguridad.

El domingo, la rama egipcia del grupo Estado Islámico (EI) había anunciado que había rechazado un ataque de las fuerzas de seguridad en la misma zona donde murieron los mexicanos.

El EI difundió una fotografía del cadáver decapitado de un hombre calificado de "espía del ejército".

El presidente del Sindicato de guías turísticos egipcios, Hassan al Nahla, afirmó que el grupo había dejado la ruta prevista para internarse dos kilómetros en el desierto para almorzar.

Es un "lugar en el cual los grupos se detienen regularmente", agregó Al Nahla.

Los turistas y el guía no sabían que se trataba de una zona prohibida pues ningún cartel lo señala, dijo.

Las fuerzas de seguridad no les habían informado que estaban desarrollando una operación en esa zona, sostuvo Nahla, que deploró la "falta de coordinación entre el ministerio de Turismo y la policía".

Luego de su declaración, Al Nahla le pidió a los miembros del sindicato que "no comentaran el incidente mientras durara la investigación".

La jefa de la diplomacia mexicana afirmó el lunes que los turistas habían sido bombardeados por aviones y helicópteros cuando se encontraban almorzando en la carretera que lleva al oasis de Bahariya, 350 km al sudeste de El Cairo.

Estados Unidos indicó por su parte que estaba en contacto con las autoridades egipcias luego de que medios de prensa evocaran la "posible presencia de un ciudadano estadounidense" en el convoy.

Numerosos países occidentales desaconsejan desde hace meses viajar al desierto occidental de Egipto, en particular desde el asesinato de un estadounidense en agosto de 2014 y el secuestro de un croata, que el EI afirma haber decapitado.

Los grupos yihadistas reivindica frecuentemente atentados mortíferos contra las fuerzas de seguridad, en particular en la península desértica del Sinaí, este de Egipto, su principal bastión.

Los ataques, incluido en El Cairo, recrudecieron desde julio de 2013, cuando las Fuerzas Armadas destituyeron al presidente islamista Mohamed Mursi y reprimieron sangrientamente a sus partidarios.

Desde el golpe de Estado de julio de 2013, las fuerzas de seguridad mataron a más de 1.400 manifestantes y detuvieron a 15.000 militantes o simpatizantes islamistas.

El ataque del domingo aumentará seguramente el temor del sector turístico, que atraviesa una grave crisis desde 2011, cuando las manifestaciones forzaron la renuncia del presidente Hosni Mubarak.

Según cifras del gobierno, 10 millones de turistas visitaron Egipto en 2014, una cifra en fuerte caída con relación al año 2010, que registró la visita de 15 millones de turistas.