Guadalajara, Jalisco.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) alertó sobre la disminución mundial de las abejas y las repercusiones que este fenómeno tendría en los alimentos, debido a que la gran mayoría de los productos agrícolas dependen de polinizadores como ellas.
En México, existen cerca de 2 mil especies de abejas y se encuentran en peligro de extinción por la destrucción de su hábitat, el cambio climático y el uso de plaguicidas. Mientras que en Jalisco actualmente hay alrededor de 200 mil colmenas, de las cuales, año con año se registra una tendencia a la baja del 30% y en consecuencia en la producción de miel.
Aquí radica la importancia de garantizar la preservación efectiva de las abejas, acompañado de acciones inmediatas. Por ejemplo, en diciembre pasado, en Guadalajara se creó la primera Unidad Especial de Supervisores Apícolas de Jalisco, encargada de atender la presencia de panales en áreas urbanas sin sacrificar a los insectos.
Pese a que existen leyes que protegen la actividad apícola, hasta el día de hoy no existe una normativa general en el país que proteja a las abejas. Jalisco había sido la única entidad que aprobó y publicó la Ley para el Fomento Apícola y Protección de Agentes Polinizadores. Después se sumó Guanajuato con la aprobación de una ley que establece protocolos minuciosos en la protección y cuidado de estos seres vivos. Y en la Ciudad de México se castiga con 15 años de cárcel a quienes agredan o destruyan algún enjambre, únicamente los bomberos tienen permitido moverlos.
Los expertos hacen hincapié en que la desaparición abrupta de las abejas es una amenaza global y una catástrofe sin precedente, además del efecto directo en la economía de apicultores.