Una vida entera dedicada al trabajo




Por Luz Atilano

Con 80 años recién cumplidos el pasado 02 de agosto, el señor Francisco Barrón Delgado sonríe a la vida. Gustoso de contar con toda la experiencia que cada trabajo laborado le ha dejado y, contrario a lo que pudiera pensarse, levantándose día a día para seguir percibiendo ingresos económicos. Siempre con el mismo entusiasmo y la misma dedicación.

Rememorando los años de su juventud, comparte que desde muy pequeño se integró junto a su padre a la vida laboral, principalmente en el campo pues es originario de la delegación rural de San Miguel del Cuarenta; hasta que decidió trasladarse a otras ciudades para trabajar en la construcción: en la cabecera de Lagos, en León Guanajuato y en Guadalajara, radicando varios años en esta última, donde incluso estableció una frutería junto a sus hijas.

Pero las raíces siempre llaman, y es así como cuenta que regresó a Lagos desde hace cerca de 20 años, prácticamente el tiempo que lleva instalado en la esquina entre calles Xavier Mina y Fuerte del Sombrero en Lomas del Valle, vendiendo plantitas y tierra para las macetas.

«Compro plantas… voy a  los viveros a león… y de León vamos y nos las traemos, se consiguen un poquito más baratitas. Hablemos de un precio… de unos 12 pesos para arriba. Buenas plantas, medianas de olor y hay plantas de la otra en 25, 30 pesos. Y ahí a veces traemos la camionetita, tengo una camionetita azulita tapada y ahí… Me ha mantenido, bendito sea Dios», comparte.

En este oficio se inició luego de estar un poco delicado de salud y de someterse a varias operaciones; y a decir de él mismo, porque si bien era complicado conseguir otro trabajo, no podía quedarse sin hacer nada. El señor Francisco siempre ha sido de la idea de mantenerse activo y hacer algo de provecho:

«Yo siempre… mariguano no, borrachito tampoco… Nomás de mi trabajo y mis hijos… Que diga “ora nos echamos la de comer pues es sábado”, no… yo no. Y por eso todos me dicen “no te cuidaste, por eso tienes las operaciones”… (Pero es que) me desesperaba por hacer algo, el día que trabajaba en la obra, el día domingo en lugar de descansarlo, ya le echaba dos tres a la carretilla y ¡a sacar el peso y el dos! […] Y cuando me pongo malo me desespero… híjole, ahorita estoy con el fin de hacer algo».

Con ayuda de uno de sus hijos y de uno de sus nietos se traslada a León cada semana para traer su mercancía, entre plantas de olor y de fruto; y hasta El Puesto para conseguir la tierra, lo que más comercia y preferencia de sus clientes:

«Lo que les agrada más es la tierra que les traigo buena, de hoja saraska, granjeno con encino, no hay otra tierra de buena… unos dicen que la de pino (pero) no, cría plaga. La de pino va revuelta con la de huizache y la de hoja saraska es de granjeno con encino. Dicen que hoja saraska, la gente… ya les entiendo a su lenguaje. Y a veces la quieren de una sola, (dicen) “de huizache”, pues de huizache y me dicen “deme limpia de granjeno”, “aquí está su costal, aquí está su bolsita”, ey… es de la que más me piden ahorita».

Esta es la forma con la que el señor Francisco se ha mantenido en los últimos años y el estilo de vida que disfruta: dedicando el tiempo a sus plantas y a su tierra; y de vez en cuando sembrando también un poco de milpa para consumo propio y venta. Siempre dedicado, puntual y, por supuesto, con buen humor.