El teatro como espejo de emociones




Por Jonatan Gallardo

Alejandro Padilla Flores nació en León Guanajuato pero la mayor parte de su vida ha estado en San Juan de los Lagos. Con 18 años de edad, se desarrolla como iluminador y técnico de audio del Grupo Támara.

El sábado anterior debutó como actor en la obra “Barras, réquiem de un adolescente”. Tuvo que pasar un año, desde que ingresó al grupo, para animarse a pisar un escenario; aunque formó parte de otro colectivo durante la escuela.

“Fue muy divertido, muy genial (y) muy complicado porque normalmente no estás acostumbrado, en mi caso, a que te vean. Así que es como el impacto de ver que todos te ven, todos te observan, y es más difícil pero más bonito”.

Las obras del Grupo Támara se caracterizan por la escenografía dinámica, las luces y recursos sonoros. Alejandro explica que suelen manejar un plano de iluminación, pero en ocasiones no se llega a cumplir con el cometido porque no cuentan con el material suficiente.

Sin embargo, la iluminación juega un papel importante para cualquier obra: “Creo que es muy importante ya que le da cierta inmersión al espectador de poder identificar más fácilmente los cambios de la obra o de personaje”.

Al ingresar al grupo Alejandro no tenía conocimientos técnicos. Ángel, uno de sus compañeros, fue quien le enseñó lo que ahora sabe, además de haber tomado cursos en diferentes muestras de teatro. Por ahora tiene claro estudiar Ingeniería en Sistemas y no descarta relacionar sus estudios con el arte.

Por otro lado, dice que el teatro cambió su forma de expresar ideas. La iluminación, el sonido y la actuación han marcado un antes y un después en el carácter de Alejandro. Y aunque ahora se encuentra explorando estar sobre escena, le inquieta aprender dramaturgia.

“Es importante ver teatro. Lo que hemos notado es que con muchas obras la gente se siente identificada y se ve se reflejada con sus problemas o simplemente ideas que expresan o no expresan del todo, ahí lo ven reflejado. Y creo que es padre ver, es como un espejo ver lo que tú mismo a veces pienses y llevar a la práctica cosas que tú no te animas a hacer, hechas en un escenario”.