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Por Gabriela León

Mientras que las condiciones climáticas de la Región de los Altos Norte propician que esta zona sea semiárida, los recursos hidrológicos posicionan a Lagos de Moreno, y a los demás municipios que se ubican sobre la cuenca del Río Verde, como lugares privilegiados para la obtención de agua desde los mantos freáticos que se encuentran debajo de nosotros, así lo asevera el ingeniero Juan Guillermo Márquez Gutiérrez, coordinador del Observatorio Ciudadano para la Gestión Integral del Agua para el Estado de Jalisco.

La preocupación del Observatorio sobre el futuro del agua en los Altos Norte, se dirige principalmente a la mala gestión integral de esta desde las autoridades correspondientes; luego de años de investigación e intentos de corroboración de los datos proporcionados por la Comisión Nacional del Agua, resaltan tangentes de duda sobre los mismos, así lo menciona Márquez Gutiérrez:

“La primera es que la contabilidad de los acuíferos, lo hacen prácticamente desde un escritorio, aplican una formulita de cuanto llueve, cuanto se escurre, cuanto se infiltra o comparado con los volúmenes concesionados, pues determinan si hay disponibilidad o no en un acuífero. En el caso de Lagos de Moreno, trajimos a un hidrogeólogo alemán, para que nos diera algún punto de vista meramente técnico, y obviamente la primer sorpresa que se llevó él, es que no hay datos duros, ni específicos que nos permitan corroborar si lo que se dice desde el escritorio es real o no”.

Pero, ¿por qué se manipularían los datos oficiales sobre la escasez de agua?, el también ingeniero civil asevera que la mala gestión local de ésta, tiende a la privatización del recurso, y que desde los organismos gubernamentales no se dan los apoyos suficientes ni la orientación necesaria a los municipios para implementarla de una mejor manera, perdiendo así su autonomía y la administración sobre esta.

“Aun cuando no haya una escasez física, habría una escasez manipulada, con fines comerciales y de dominio. No vemos, por ningún lado, un problema de imposibilidad física, el que no haya agua, el agua está ahí, quizá estén bajando los niveles freáticos, pero es un problema que se puede resolver, quizás perforando un poco más profundo”.

Sin embargo, a pesar de los datos que muestra la CONAGUA, el artículo 115° constitucional cobija al municipio para que este se sirva sobre la obligación de suministrar el agua y regresarla a la naturaleza con la misma calidad de cómo fue sustraída.

Uno de los ejemplos de privatización del agua, según este Observatorio, es el embotellamiento de agua purificada, ya que desde el gobierno federal (o del estatal) no se otorgan los materiales para su tratamiento público, además que a partir de ciertos intereses políticos comerciales, como la construcción de la Presa El Zapotillo, existe la tendencia de crear una crisis donde no existe, para concordar negocios que en ninguna parte del mundo han funcionado.

“México es uno de los que más consumen, si no es, el que más consume agua embotellada, y eso es porque no hay el suministro de agua en la llave a través de las tuberías que podamos consumir sin enfermarnos, eso debe cambiar, y admito, habrá que revisar si esa crisis es porque falta equipamiento o falta capacitación de la gente”.

Al respecto, el coordinador explica que en México el 17% de los ingresos de una familia se destina al agua para consumo humano, siendo que este no debería exceder el 2% de los recursos económicos que perciben.

Este observatorio declara que la gestión integral del agua debe ser preferente en tres niveles: el primero de ellos es el agua para consumo humano, la preservación de los ecosistemas y la vida, y para la producción de alimentos, luego de estos, el agua pública sería usada para la higiene personal o de uso ciudadano; y en tercer lugar estaría el agua negocio, aquella que se usa con fines comerciales y que debería tener un tratamiento diferenciado.