Entre educar y enseñar a ser responsables




Ante el aumento de embarazos en adolescentes en la región, especialista en salud sexual comenta que los programas para contrarrestar este fenómeno no han resultado efectivos debido a que solo da información y no contribuyen a que los jóvenes cambien sus actitudes.

Por Gabriela Arreola

De acuerdo con información proporcionada por personal de la Región Sanitaria 02 a la que pertenece Lagos de Moreno, de mil mujeres adolescentes en Los Altos, 75 de ellas se embarazan sin tener en cuenta los riesgos de salud que esto conlleva, además de las implicaciones sociales y económicas. Naela Pompa López quien por mucho tiempo se ha dedicado a educar sobre temas de sexualidad en el municipio, dice que en efecto la cantidad de embarazos ha aumentado, pero esto se debe a que la población menor de 18 años también ha experimentado un crecimiento en comparación a generaciones pasadas.

Las estadísticas han ido creciendo no porque haya más relaciones sexuales y más embarazos, sino que la parte de la pirámide poblacional es la más ancha, los jóvenes; obviamente que la tendencia es al incremento de embarazos, no vamos a tener disminución a menos que podamos intensificar más lo que es la educación sexual.”

Pompa López asegura que no fue hasta hace algunos años que el sistema nacional de salud implementó programas para impulsar la salud en jóvenes y adolescentes, pues anteriormente se pensaba que se trataba de un grupo relativamente sano. Sin embargo, los programas focalizados a prevenir el embarazo adolescente, que en sí mismo representa un problema de salud pública grave, no han surtido efecto debido a que no se ha entendido todavía la diferencia entre dar información y educar a las nuevas generaciones.

Por otra parte, no reconocer que los jóvenes tienen que hacerse responsables de sus propios cuerpos y el que sigan siendo tratados como niños bajo la tutela de los padres, imposibilita que por su propia cuenta opten por informarse sobre temas de sexualidad y de esta manera no incurran en prácticas de riesgo.

El problema es que esa información no es educación, la educación va a tener tendencia a modificar actitudes; la otra es que se les sigue tratando como niños hasta los 18 años y a los padres como tutores, esta parte legal no va de acuerdo a las políticas que marca la Organización Mundial de la Salud, que debe de ser a partir de los 14 años el joven puede acercarse a los servicios de salud para que pueda solicitar información y se le pueda proporcionar el método que sea el indicado.”

La especialista señala que una adolecente embarazada suele enfrentar situaciones que ponen en riesgo su salud, además de las implicaciones de tipo social, cuando suelen ser estigmatizadas por ser madres a tan temprana edad.

Una adolescente que no ha llegado a los 17 o 18 años, que es cuando termina el crecimiento, tiene una cierta cantidad de sustancias para su crecimiento y desarrollo, al embarazarse el feto va a tomar del cuerpo materno lo que necesita para sobrevivir, entonces vamos a encontrar madres desnutridas, niños muy pequeños, de 800 o 900 gramos, donde tú los ves y te caben en la palma de la mano.”

Si bien instituciones de salud y educativas tienen la obligación de educar a los jóvenes en temas de sexualidad y prevención del embarazo adolescente, Pompa López también señala como responsables a los padres de familia, quienes antes que cualquier instancia tienen un acercamiento directo con sus hijos y son un elemento clave para que los niveles de embarazos a temprana edad bajen en la región.