Comanja de Corona: entre la Nueva España y la Nueva Galicia




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Por Luz Atilano

Uno de los puntos más atractivos de Lagos de Moreno, fuera de la cabecera municipal, es la delegación rural de Comanja de Corona, un sitio que a la vista resalta sobre todo por la naturaleza que lo rodea y que una vez adentrándose deslumbra a sus visitantes con una gran cantidad de lugares cargados de historia.

Ubicado en la Sierra de Comanja o Sierra de Lobos, en los límites entre Jalisco y Guanajuato, específicamente entre Lagos y León, el poblado fue fundado incluso antes que la Villa de Santa María de los Lagos, hace casi 500 años. El sitio era habitado por chichimecas y fue descubierto por por Pedro Almidez de Chirinos gracias a una expedición ordenada por Nuño de Guzmán, según comparte la doctora Irma Guerra Márquez, docente e investigadora del Centro Universitario de los Lagos:

«El arribo de los españoles se dio hacia 1531, llegaron algunos grupos de españoles al mando de Pedro Almidez de Chirinos, llegaron a la sierra y les pareció excelente lugar, con mucha riqueza. Se fundó una congregación (franciscana) unos años después. Ya para 1548 el virrey Antonio de Mendoza otorgó mercedes de tierra para estancias de ganado mayor al capitán Juan de Jasso, que fue quien unos años después donó el terreno para que se fundara la Villa de León, y también tenía tierras en Comanja; y ya hasta 1576 se fundaría la Villa de León. Las minas de oro y de plata se descubrieron en 1548, o sea, es muy significativo porque se descubrieron unos años antes que las minas de Guanajuato, que se descubrieron en 1554 más o menos».

Calle hacia el centro de Comanja

Fundada tres veces

El 14 de septiembre de 1560 el virrey Luis de Velazco, le dio a Comanja la categoría de alcaldía mayor, pero este nombramiento sería para lo que hoy se conoce como Comanja vieja y que se conserva en ruinas, pues en 1571 fue atacada por los chichimecas, quienes dieron muerte a todos los habitantes del poblado, a excepción del capitán Juan de Sallas y del cura Juan de Cuenca y Virúes

De acuerdo con Guerra Márquez, Comanja fue refundada un año después por una congregación jesuita que trabajó en beneficio de las minas de Santa Rita y de San Pedro mártir hasta que fueron expulsados de las colonias españolas. Pero, tras otro ataque de chichimecas que intentaban recuperar sus tierras, fue que se requirió una tercera fundación:

«Esta segunda Comanja también atacada alrededor de 1581, diez años después de la fundación y ahora sí mataron al cura Juan de Cuenca Virúes. El curato de Comanja parece ser que ya era atendido por franciscanos, de 1680 a 1705. La tercera Comanja se fundó en 1590, y ya es lo que conocemos».

Antes de la fundación de la tercera Comanja, en 1622 el lugar pasó a formar parte de la jurisdicción de la alcaldía de la Villa de Santa María de los Lagos. Pero ello, luego de varias disputas, pues desde luego, la riqueza del lugar provocó que estas tierras fueran muy codiciadas entre los españoles.

«Toda esta zona de Comanja fue muy disputada, fue un punto que se disputaron el reino de la Nueva España y el reino de la Nueva Galicia y siempre estuvo así. De hecho, religiosamente, dependía del curato de Michoacán; llegó a haber dos alcaldes, simultáneos: uno era nombrado por una audiencia y el otro por la otra y así… fue una tierra en disputa, yo le llamo a esta zona “entre la Nueva España y la Nueva Galicia”, porque siempre estuvo entre los dos reinos», añade la doctora.

Callejón de las escalinatas

Batalla del Fuerte del Sombrero

Y como si su destino fuesen el enfrentamiento y la disputa, para los años de la Guerra Independencia, Comanja también fue un sitio clave, gracias al conocido como Fuerte del Sombrero, creado a unos 12 kilómetros de la población por el insurgente laguense Pedro Moreno y por el general sublevado Xavier Mina, donde el 4 de agosto de 1817 lograron derrotar en combate a las fuerzas realistas del mariscal Pascual Liñán, que contaban con una fuerza de 2 mil 500 hombres y 14 cañones.

Minas de Comanja

En cuanto a su actividad económica, gracias a la riqueza metalúrgica de la región fue la mineral la principal actividad durante la época colonial. De acuerdo con Guerra Márquez, aunque en la actualidad algunos egresados de la Licenciatura en Humanidades se han interesado particularmente en este tema, todavía existen muy pocos trabajos históricos sobre el antiguo Real de Minas de Comanja.

No se ha elaborado una reconstrucción histórica pero, afirma, se cuenta con un estudio del sacerdote Gaspar Calzada Rodríguez, cura de la parroquia de Comanja durante varios años; y con algunas notas publicadas en prensa del siglo XIX y otras del siglo XX. Documentos que permiten contar con algo de información:

«A finales del siglo XIX a este Real de Minas de Comanja se le dio el nombre oficial de Comanja de Corona, en honor a Ramón Corona, y es el nombre que ostenta actualmente. Hay muchas minas, todavía se pueden ver los vestigios y ha habido intentos de explotación en años recientes, de una compañía peruana y una compañía canadiense, han estado trabajando por ahí… pero bueno, las minas que menciona el padre Calzada, serían La Potosina, Los Remedios, El Diamantillo, El Medio Arco, El Carmen, La Cruz, El Horcón, Los Cruceros, El Ratón, San Alejo, San Juan de arriba, San Juan de Abajo, Mina Rica, La Culebra, La Chispa, San Vicente, San Joaquín, El Carmen viejo, La Asunción y Santo Domingo. Ya en 1980, el gobierno federal declaró oficialmente al distrito minero de Comanja como Reserva Minera Federal de la Nación, el motivo de esta declaratoria parece ser que porque pasa una veta muy grande por Comanja».

Aunada a esta actividad, se encontró La Ferrería, junto a la fundidora La Victoria, perteneció a la familia Rincón Gallardo. Se fundó en 1873 con maquinaria inglesa, fue la más importante de la región central de la Nueva España. Allí se fabricaron campanas, puertas, barandales, mobiliario para plazas, escudos, planchas, entre otros objetos que se distribuyeron por todo el país.

La investigadora y docente del CULagos se detiene para admirar la gran riqueza de esta zona del municipio: natural en su paisaje, flora y fauna variadas, afortunadamente bien conservadas; gastronómica, con una sazón muy particular; y además en la histórica y en la cultural. Aunque, por otro lado, lamenta que la hacienda que entre finales del siglo XVIII y principios del XIX perteneció a Pedro Moreno haya sido inundada en los años 80 para la construcción de la presa de La Sauceda, cuando aún se conservaba su casco: la casa grande, algunas trojes y corrales que ahora sólo quedaron en fotografías.

Presa La Sauceda

Únicamente se rescató el retablo de la iglesia y en la actualidad se encuentra en la sala de cabildo de la Presidencia de Lagos de Moreno.