Calles a oscuras y sin vigilancia




Por Luz Atilano

Aunque para sus habitantes, San Miguel de Buenavista es un pueblo relativamente tranquilo, en los últimos años se ha resentido un poco el tema de la seguridad. Y esto, comparten varios de ellos, se ha hecho perceptible por varios motivos: entre ellos el aumento de robos a casa habitación, el vandalismo y sucesos que consideran extraños.

Comparten:

«De hecho hace como unos ocho días se robaron un tinaco de aquí de en frente, dice mi hermana que se escucharon hasta balazos… alguien andaría por aquí dentro de la granja o no sé…».

«Se hacen pleitos y muchos muchachos muy aprovechados que golpean a los que son más tontos».

«Haga de cuenta que acá en la esquina donde topa la calle hay unos vagos que ahí nomás están de flojos y pues de repente se pierden cosas».

«De repente sí hay gente que dice que ve cosas anormales, por ejemplo que a las horas de la madrugada viene gente desconocida. Aquí no hay seguridad en la noche, no hay quién diga (tampoco) ‘vamos a denunciar que está pasando gente desconocida, que ni siquiera son de aquí, camionetas…’».

Mucho de esta percepción, aseguran los vecinos, se debe al estado de abandono en el que la mayoría de sus calles se encuentra, por un lado, en cuanto a alumbrado público, ya que sólo las principales del pueblo cuentan con este servicio, a diferencia de vialidades tan transitadas como la que lleva a la escuela preparatoria de La Orilla del Agua y la que utilizan a diario empleados de algunas fábricas, mismas que permanecen a oscuras:

«Y es que como le digo, ahorita por lo de las fábricas… antes la gente no andaba a las diez de la noche atrás en la calle, y ahorita sí porque como por ejemplo salen a las diez de la noche de trabajar allá en las fábricas y vienen a traerlos aquí ya hasta como a las once, y todavía anda aquí la gente. Los que viven allá más retiradito como para el fondo (caminan a oscuras)...».

«Para la parte donde yo vivo no hay alumbrado público y la calle está muy angostita, en la noche está muy oscuro y da mucho miedo caminar, aparte de que no hay casas, es una calle sola».

Y por otro lado, en Buenavista como en muchos o casi todos los puntos de la periferia del municipio, se carece de un real cuidado por parte de las corporaciones policiacas. No sólo no se cuenta con algún módulo o caseta fija al cual acudir en caso de emergencias, sino que la presencia de elementos de Seguridad Pública es prácticamente nula: acuden quizá una o dos veces por semana, durante el día y sólo a dar brevísimos rondines; y cuando se solicita su intervención, sobre todo debido a pleitos los fines de semana, llegan a tardar horas en hacerse presentes.

Esto añaden algunos habitantes:

«Casi nada más vienen cuando son los fines de semana, por ejemplo sábados y domingos de repente sí se ve una patrulla o dos que pasan, pero rara la vez que sí vienen a dar sus rondines».

«No pues, la seguridad está mala, no está buena porque siempre que hay algún problemilla pues ya la seguridad llega muy tarde».

«Lo que hace falta es vigilancia porque, dice uno, en las orillas…».

«Tiene que haber mucha vigilancia porque en las partes que hay como más vandalismo, en las noches da miedo pasar y pues… ni modo tenemos que pasar las esquinas. Para allá donde yo vivo, donde digo que está oscuro, en la mera esquina también se juntan personas, entonces, si no hay casas, si no hay quien te pueda ayudar si te hacen algo, pues ese es nuestro miedo».

«(La policía) no viene, y si viene nomás aquí al centrito y ya una vuelta y se va…».