Guadalajara, Jalisco. 

Para “mitigar” los efectos de la pandemia en familias indígenas que viven en el Área Metropolitana de Guadalajara, la Unidad de Apoyo a Comunidades Indígenas (UACI) de la Universidad de Guadalajara (UdeG) y ONU Mujeres otorgaron despensas, así como paquetes de higiene y limpieza.

Se benefició a 60 familias que pertenecen a los pueblos indígenas tzeltal, purépecha, mazahua, wixárika y hñahñú, que viven en las colonias San Juan de Dios, Ferrocarril, Balcones del Cuatro, El Carmen, Tesistán, 12 de Diciembre, Arenales Tapatíos y El Rehilete, informó Gabriela Juárez Piña, responsable del Programa de Salud Intercultural Comunitaria de la UACI.

La UdeG se suma a la estrategia de apoyo promovido por ONU Mujeres, el Instituto Nacional de las Mujeres y los organismos públicos estatales de apoyo a las mujeres.

Julia Martha Robles Carrillo, de la etnia wixárika, fue una de las mujeres beneficiadas, algunas de las cuales han visto reducidos sus ingresos económicos durante la pandemia.

“Yo me llamo Julia Martha Robles Carrillo, yo soy cultura wixárika. Estoy recibiendo esta despensa. Gracias. Yo soy de la comunidad de Santa Catarina, municipio de Mezquitic, Jalisco”, explicó.

Otra de las beneficiadas, Juana Facundo Rodríguez, de la cultura hñahñu, también expresó su agradecimiento por las despensas que les fueron donadas.

“Hola, mi nombre es Juana Facundo, soy hñahñú de la comunidad Santiago Mezquititlán. A nombre de mi comunidad, le damos las gracias a la Universidad de Guadalajara y a ONU Mujeres por estos kits que nos acaban de entregar para mitigar lo que está causando la pandemia en esta temporada”, precisó.

Para que las despensas y los kits de higiene y limpieza le lleguen a quienes más lo requieren, la UdeG se apoyó en la Red Promotora de los Derechos de las Mujeres Indígenas de Jalisco AC (Prodemi) y los colectivos Nosotras no Olvidamos Nuestras Tradiciones y Artesanos Unidos de del Pueblo Wixárika AC (WAAU AC), entre otras agrupaciones.

Gabriela Juárez explicó que las mujeres indígenas que viven en la capital jalisciense son un grupo vulnerable, ya que durante la pandemia se han quedado sin empleo. Muchas se son artesanas y venden sus productos en ferias a las que no les han dado permisos o les reducen los días de venta.