Guadalajara, Jalisco. 

Siete meses después de la llegada del COVID-19 a Jalisco no han sido suficientes para que los habitantes del estado interioricen y normalicen las medidas de seguridad sanitarias que, a decir de los especialistas, han llegado para quedarse al menos en el mediano plazo.

Personas que transitan en sitios concurridos sin el cubrebocas, que no respetan la distancia e incluso mantienen contacto físico son algunas de las prácticas más comunes en los espacios públicos, como es el centro de Guadalajara.

Inclusive los sitios donde es obligatorio el uso de cubrebocas y distanciamiento, como los centros comerciales, estacionamientos y todo local comercial, es frecuente que los usuarios mantengan dichas medidas como trámite y al cruzar los filtros sanitarios se descuiden, lo cual podría tener implicaciones en la salud por el relajamiento de medidas preventivas.

Mientras la alta movilidad y la falta de rigor con los cuidados en espacios públicos siguen al alza, el Gobierno de Jalisco evalúa la activación del botón de emergencia que paralizaría la economía como una estrategia para detener los contagios, pues la propagación del virus está por alcanzar los 400 casos por millón de habitantes.