Tras la victoria militar Irak enfrenta los desafíos de la paz




Bagdad, Irak

"El gobierno iraquí debe aprovechar la victoria militar frente al Estado Islámico (EI) para erradicar las causas que permitieron el surgimiento del grupo yihadista, estiman los expertos.

La batalla contra el grupo yihadista sunita, que en 2014 había tomado el control de inmensos territorios y amenazaba la existencia de Irak, fue larga y cruel.

Pero la victoria militar no es suficiente para garantizar la estabilidad de Irak.

"Todo queda por hacer para secar el terreno en el que floreció el Estado Islámico. Los yihadistas fueron privados de oxígeno y derrotados militarmente pero el vientre del cual salieron sigue fecundo", opina Karim Bitar, experto de la región en el Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas de París (IRIS).

"Se trata de consolidar el poder de las autoridades centrales desarrollando políticas inclusivas que no marginalicen a ninguna comunidad" en un país cuya población es mayoritariamente chiita, dice Karim Bitar.

"Luego será necesario enfrentar la tarea de la reconstrucción, los problemas económicos y sociales, contener la corrupción y garantizar un reparto equitativo de la renta petrolera, sin olvidar por supuesto las negociaciones con el gobierno regional de Kurdistán", agrega Bitar.

Son cuestiones vitales para Irak que desde hace cuarenta años vive casi en guerra permanente: guerra con Irán (1980-88), invasión y guerra de Kuwait (1990-91), invasión estadounidense (2003-2011), guerra con los kurdos e insurrección del Estado Islámico (EI).

A eso se agrega los daños causados por el embargo consecutivo a la guerra de Kuwait.

En vistas a una reunión de donadores prevista para febrero del 2018, un grupo de expertos evalúa en 100.000 millones de dólares los fondos necesarios para la reconstrucción del país, que llegó a ser uno de los más ricos de la región.

El sábado, al clamar victoria contra el EI, el primer ministro Haider al Abadi anunció que la próxima batalla era contra la corrupción, omnipresente, que afecta al desarrollo del país.

"La solución del problema del EI no es solamente militar", afirma por su parte Mohammad Uld Mohamedu, experto de Irak en el Instituto de Altos Estudios Internacionales de Ginebra.

La victoria militar no significa el fin de la violencia y el ejército podría encontrarse frente a una larga guerra de guerrillas, estima Mohamedu.

Los yihadistas, derrotados en las zonas pobladas, se replegaron a las zonas desérticas y dejaron células durmientes en las ciudades, lo que presagia ataques puntuales y atentados en los centros urbanos, explica.

Mientras subsista "un sentimiento de amargura o de humillación entre algunos sunitas, no se puede excluir el riesgo de una nueva metamorfosis o resurrección del movimiento yihadista", opinar por su parte Karim Bitar.

- Rivalidad entre Irán y Arabia Saudita -

A eso se agrega el preocupante factor de las "guerra por procuración a escala regional",

La "relación de fuerzas política está totalmente distorsionado por la identidad comunitaria y por el enfrentamiento entre iraníes y sauditas", señala.

En Irak, "los moderados han sido marginalizados desde hace tiempo y predominan las voces más radicales", dice Bitar.

El "sistema instalado por los estadounidenses después de 2003 profundizó esas líneas de fractura", agrega.

Los sunitas, que ocuparon el poder desde los otomanos y lo conservaron tras la independencia en 1932, fueron reemplazados por los chiitas a partir de la invasión estadounidense en 2003.

"Los iraníes y la comunidad chiita iraquí están en posición de fuerza y controlan todos los engranajes del estado", destaca Bitar.

"Pero en los próximos meses, los sauditas podrían mostrarse más activos ya que ellos intentan contener la influencia iraní a nivel regional". dice.

Un asunto candente es de las milicias paramilitares Hashd al Shaabi (Unidades de Movilización Popular, UMP), en su mayoría chiitas, formadas en 2014 para responder al llamado a la movilización contra el EI lanzado por la principal autoridad espiritual chiita iraquí Ali Sistani.

En noviembre de 2016, el parlamento decidió integrar esas milicias que cuentan con decenas de miles de combatientes a las Fuerzas Armadas.

"Esa entidad estatal paramilitar alcanzó tal amplitud que casi reemplazó al ejército regular y a las fuerzas especiales", afirma Uld Mohamedu.

"Para el estado será difícil desmovilizarlos", sostiene.

Kirk Sowell, que publica en internet la revista "Inside Iraqi Politics", dice que esas milicias son un peligro.

"El EI es más inquietante para el mundo, pero para los iraquíes, las milicias Hashd al Shaabi son más peligrosas porque muchas se están convirtiendo en mafias locales", sostiene.

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