Guadalajara, Jalisco.

El terreno en ruinas donde alguna vez fue el Planetario Severo Díaz Galindo, y ahora solo alberga maleza crecida, basura y grafittis de todos colores y formas, sigue luciendo en el completo descuido y abandono.

Apenas se llega a la banqueta del terreno en Periférico Norte 401, la escena anuncia el desinterés y voracidad política por el predio que durante la administración del ahora regidor Alfonso Petersen Farah, fue vendido a la empresa Española Mecano.

La historia ya es conocida, una empresa declarada en quiebra en 2012 y un proyecto inmobiliario  fallido que dio paso al desmantelamiento  del espacio de aprendizaje de la ciencia que era disfrutado por chicos y grandes.

Actualmente la zona es menos que la sombra de lo que fue el Planetario de Guadalajara, que abrió sus puertas en 1982, es una imagen urbana de fracaso, deterioro y hasta punto de riesgo sanitario y de seguridad, peor aún, es apenas un recuerdo de la expropiación de lo público.

Actualmente en la ciudad se dibuja la posibilidad de recrear el Planetario, esta ocasión  se sugiere que la sede sea en el antiguo edificio de la extinta Federación de Estudiantes de Guadalajara, sin embargo,  los vecinos se oponen debido a que en ese espacio, el Gobierno del Estado, había acordado construir un parque.