Se redujo el flujo de migrantes centroamericanos a bordo de La Bestia, a causa de la militarización, denunciaron Las Patronas
Fotografía: Ignacio Pérez Vega




Guadalajara, Jalisco.

En 1995, Norma Romero y su hermana caminaban junto a las vías del tren, en la población de Amatlán de los Reyes, Veracruz. De pronto oyeron unas voces de hombres encaramados en los vagones del tren, que les decían: “Tengo hambre, dame de la leche y el pan que traes”.

El relato lo hizo Norma Romero, una de Las Patronas, que recordó que el alimento se los dieron a los migrantes centroamericanos. En ese momento, ella pensó que se trataba de mexicanos y nada sabía sobre el fenómeno migratorio.

Ahora, 24 años después, Norma Romero, ya convertida en una activista, dijo que con este gobierno de López Obrador, la frontera sur está más militarizada y hay mayor persecución, por lo que se redujo el flujo de migrantes.

“Ha cambiado un poquito, pero el tema de violencia y la persecución sigue aumentando, desafortunadamente. Muchos de los migrantes se han reducido. Nosotros iniciamos en 1995. En el 2010 atendíamos a 800 personas diarias, que pasaban en tres trenes: uno por la mañana, otro a mediodía y por la tarde noche. Después, en el 2014, se dio el plan Frontera Sur, que también fue militarizar la frontera, en ese tiempo eran entre 400 y 500 personas que estaban pasando”, refirió.

La Patrona, como se les bautizó por parte de los centroamericanos, habló durante el “Seminario Paz: visiones, estrategias y luchas”, que comenzó en la Feria Internacional del Libro (FIL). La mesa llevó el título “Las Patronas y el compromiso humanitario”.

Ileana Rodríguez, profesora emérita de la Universidad Estatal de Ohio, resaltó la labor humanitaria de las mujeres veracruzanas.

“Y en ese trayecto, las mujeres son oasis, refugio, albergue temporal, cama , servicio médico, nada, simple sobrevivencia por unos días mientras se ven ángeles mensajeros, heraldos anunciadores de la desolación, la historia de cenizas, espectáculo atroz, futuro incierto. Ellas los han visto expulsados de sus propias geografías, montados en la bestia que brama y destruye y a cuyos lados se encuentran pequeños puntos de afectividad, pulso enigmático de un mundo no indiferente al dolor”, expresó.

Carmen Chinas Salazar, académica de la Universidad de Guadalajara (UdeG) fue la moderadora y destacó que la labor de Las Patronas promueve la paz, tan necesaria en este tiempo.


Ignacio Pérez Vega