Guadalajara, Jalisco.

A don Jesús Rodríguez el destino lo salvó aquel 22 de abril de 1992, cuando explotó el Sector Reforma, en Guadalajara.

Su puesto de frutas, estaba ubicado en la esquina de Aldama y la Calzada Independencia.

En ese punto exacto, alrededor de las diez de la mañana, se dio la primera explosión.

Encima de su puesto de frutas, cayó un camión. Y lo aplastó como si fuera de plastilina.

Pero don Jesús, ya no estaba ahí. Una visita llegó de sorpresa esa mañana y por ello dejó el puesto de fruta para ir a comprar una olla de menudo.

Unos cuantos minutos fueron suficientes para que no estuviera en el momento equivocado en el lugar equivocado.

A él ya le había tocado ver cuando las tapaderas de las alcantarillas salían expulsadas por la acumulación de gas debajo de la tierra, en los días previos.

Don Jesús asegura que hubo más víctimas que las que el gobierno pregonó.

Cuando don Jesús regresó encontró una calle destripada.

Pero su mujer, Rosa, vivió momentos de terror al no saber lo qué había ocurrido con su marido.

Don Jesús y doña Rosa se repusieron de aquel doloroso capítulo. Volvió a vender fruta en la esquina de Calzada independencia y Aldama.

Hoy vive en uno de los terrenos baldíos de la zona, donde con adobe y lámina improvisó una casita,

El año pasado, el Ayuntamiento de Guadalajara los retiró por el programa banquetas libres, pero luego, le permitió seguir vendiendo. Con eso se sostiene, y con un apoyo de mil 100 pesos que da el Gobierno Federal a adultos mayores.

Sin embargo, de vez en cuando, aquellos recuerdos de desconsuelo no dejan de aparecer. Aún a 25 años de la tragedia.