Por Luz Atilano

Quizá el estrago más grave de la fallida y ya inoperante Reforma Educativa del expresidente de la República, Enrique Peña Nieto, fue el cese de alrededor de 600 docentes que se opusieron a lo que siempre llamaron “evaluación punitiva”; quienes todavía hoy, aun con la reciente promulgación de una nueva reforma, se mantienen en incertidumbre con respecto a una posible reinstalación.

Y es que si bien existe dicho compromiso por parte del actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, para César Octavio Cueva Bravo, maestro cesado de telesecundaria y del Colegio de Bachilleres del Estado de Jalisco (COBAEJ) en Betulia, Lagos de Moreno, es importante recordar la ilegalidad de los ceses del sexenio pasado:

“Siempre hemos dicho que la reinstalación de los maestros no depende de la abrogación de una ley, porque para nosotros aceptar que dependemos de la abrogación de la ley es tanto como decir que nuestro cese estuvo o fue apegado a derecho y no fue así… se aplicó el cese al margen de la ley porque hubo muchísimas irregularidades… Pero bueno, fue aprobada ya la reforma Educativa de Andrés Manuel y sabemos que existe un compromiso del presidente”.

De acuerdo con Cueva Bravo, quien además es secretario de organización del Sindicato Único de Académicos del COBAEJ y ha participado en mesas nacionales entre la CNTE y autoridades federales en materia de educación, la promesa de reinstalación sigue vigente.

Sin embargo, el caso de Jalisco es particularmente interesante. Además de ser el estado con más maestros cesados en todo el país (hasta noviembre de 2017 se contabilizaban 189, de los que más de 100 correspondían a bachillerato y poco más de 70 a educación básica), enfrenta en este como en otros temas, serias diferencias con el Gobierno Federal: entre ellas una negativa a la reinstalación de docentes y la idea de continuar la evaluación pese a su fracaso ya reconocido por el Congreso de la Unión.

Lo que, opina el maestro cesado, podría influir de manera negativa en el destino de los docentes jaliscienses (y particularmente a los de región Altos Norte), pero también pondría en duda los compromisos hechos con el magisterio por el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez:

“No sé cuál vaya a ser la postura del señor gobernador pero yo esperaría que sea simplemente una confusión, que haya aquí un problema de diálogo, que no se estén manifestando de la forma correcta porque una gran parte de la ciudadanía que apoyó la campaña del gobernador de Jalisco, fue el magisterio. Él ha establecido compromisos con el magisterio y además esta cuestión de la reforma de Peña Nieto, ya quedó claro desde las elecciones pasadas que toda la sociedad le dio su rechazo a estas reformas, no nada más a la educativa… a todas las reformas estructurales de Peña Nieto y a su política. Entonces, si él [Alfaro] piensa seguir aplicando esas políticas, pues sería ir en contra de sus proyectos y de su desarrollo del estado, porque está comprobado ya que no es lo que se necesita. O sea, obviamente, nosotros los maestros formamos parte de ese proceso educativo, pero no se puede concentrar el aspecto educativo en una evaluación para castigar. Nosotros no estamos en contra de que seamos evaluados, estamos en contra de que esa evaluación tenga repercusión en nuestra permanencia”.

El pasado 15 de mayo, en el marco del Día del Maestro, fue promulgada, y publicado su decreto en el Diario Oficial de la Federación, la nueva Reforma Educativa. Una reforma que docentes del SUACOBAEJ y de la CNTE consideran un avance y que da margen para la reinstalación de maestros cesados, pero que dicen, continúa con algunas lagunas.