Zapotlán el Grande, Jalisco.

Los poblados tradicionales de la región norte del Nevado de Colima, retratados en la obra rulfiana, eran caseríos que habían sido deshabitados por la migración, debido a un entorno ambiental hostil. Pero tanto el auge de las plantaciones de agricultura protegida, como las aguacateras, han cambiado la historia, para regresar, de nuevo, al tema de la escasez.

La competencia por dos recursos, la tierra y el agua, están en el corazón del conflicto agrario no resuelto para el pueblo de San Isidro, amenazado incluso con ser desalojado por un propietario con renovado interés en un territorio hace tres décadas en el abandono.

Muy cerca se ubica el pueblo de El Jazmín, una antigua comunidad campesina. Un informante de la comunidad, revela lo intercalado en este negocio de poderes fácticos y políticos que considera ajenos al bien común.

Con la expansión sostenida del aguacate y los cambios climáticos que ya se registran, el expediente agua apunta a agravarse en la región.