Profesionales en Terapia Respiratoria se postulan por una prohibición total para el uso de cigarrillos electrónicos y vapeadores
Fotografía: AFP




Guadalajara, Jalisco.

Evidencias definitivas del daño que causa el uso de vapeadores y cigarros electrónicos podrían tardar hasta el 2050, tiempo en el que también se incrementarían los casos de enfermos graves entre los usuarios.

Aunque el tema aún está en fase de estudios, ya se ha demostrado que el daño pulmonar es más acelerado en comparación con el uso del cigarrillo convencional, advirtieron profesores de la carrera en Técnico Superior en Terapia Respiratoria de la Universidad de Guadalajara.

Los profesores urgen a las autoridades sanitarias establecer políticas públicas que prohíban el uso de los cigarros electrónicos en espacios cerrados, además de alertar a la ciudadanía sobre los riesgos de estos artefactos, que en un inicio estaban considerados como terapia Puente para dejar de fumar.

A pesar de ser visto como una terapia para dejar de fumar, en su mayoría, los cigarros electrónicos han presentado una baja funcionalidad en esta tarea ya que los usuarios tienden ha la sustitución permanente o parcial donde se combinan estos aparatos y el cigarro convencional, pero no se erradica el vicio, explicó Daniel Rodríguez Jiménez, técnico superior universitario en Terapia Respiratoria.

Los estudios en animales han demostrado que tras 10 años del uso de vapeadores o cigarros electrónicos se desarrolla un severo daño en los pulmones. En los pacientes que ya se han sido hospitalizados en Estados Unidos se detectaron lípidos de los aceites con los que los usuarios hacen sus mezclas y cargan cartuchos, hidrocarburos y células inflamatorias que desencadenan graves afectaciones en vías respirarías, según explica el coordinador de la carrera en Técnico Superior Universitario en Terapia Respiratoria, Antonio Rojas Sánchez..

Antonio Rojas precisó que apenas en septiembre de este año comenzaron a salir los primeros reportes y advertencias serias por los 250 casos registrados en estadounidenses usuarios y para evidenciar las dimensiones del problema que acarrea la falta de regulación e inocuidad y etiquetado en la venta de las mezclas de vapeo.

Otra de las advertencias del uso de vapeadores y cigarros electrónicos es acerca de la utilización en los espacios cerrados, donde ya se analizan riesgos vinculados a los fumadores pasivos de estos utensilios, por la concentración y exposición por tiempos prolongados a  las sustancias que componen las mezclas, ante ello la postura de los universitarios va encaminada a una prohibición total de uso en los espacios públicos, tal como sucede con el cigarro convencional.


Celia Niño