La precaria conservación de los “tigres del norte”




Guadalajara, Jalisco.

La salud del jaguar, conocido popularmente como tigre entre los ganaderos y agricultores mexicanos, en el norte del país, es precaria, debido a la arraigada cultura ganadera que domina en amplios estados como Sonora, que en el pasado condujo a la extinción de especies como el oso grizzli y el lobo mexicano. Eso obliga a hacer esfuerzos redoblados por alcanzar su conservación, dijo la bióloga Ivonne Cassaigne, del grupo Primero Conservación.

Por eso, se ha establecido una fuerte estrategia de trabajo con los dueños de los ranchos ganaderos, con algunos de los cuales se firman contratos condicionados a no matar jaguares a cambio de asistencia técnica y de recursos de apoyo para mejorar el manejo de los hatos, lo que no solo implica menos depredación sino mejores resultados económicos.

La especialista señaló uno de los azotes de la protección es la falta de aplicación de estado de derecho: los rancheros contratan “tigreros” para deshacerse de jaguares “dañeros” que señalan como responsables en la muerte de bovinos.

No obstante, el depredador es esencial para mantener sana la cadena trófica, lo que significa ventajas notables para los servicios ambientales que requiere la actividad ganadera.

La científica mostró satisfacción por los resultados: algunos ganaderos han firmado contratos para recibir asistencia técnica y mejorar el manejo de sus hatos, a cambio de comprometerse a proteger a la Panthera onca.

También se trabaja fuertemente en la educación ambiental para que los niños sean un factor de apoyo a las actitudes conservacionistas en el futuro. Y si bien, el horizonte para los “tigres del norte” no está resuelto, mucho menos allende la frontera, en Estados Unidos, de donde fueron virtualmente erradicados y la eventual construcción del muro fronterizo podría dificultar el tránsito que todavía hacen de Sonora a Arizona, hay una creciente conciencia acerca del papel ecológico de la fiera, lo que podría redundar, con un gran esfuerzo, en la conservación de la especie.


Agustín Bernardo Del Castillo Sandoval