El populismo contemporáneo, un híbrido de la democracia liberal: Peruzzotti
Fotografía: Georgina García Solís




Guadalajara, Jalisco.

El populismo contemporáneo se ha convertido en un híbrido de la democracia liberal representativa, aunque de origen sean antagónicos y enemigos, planteó Enrique Peruzzotti, profesor investigador de la  Universidad Torcuato Di Tella de  Buenos Aires, Argentina al impartir una conferencia magistral en el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), de la Universidad de Guadalajara.

El académico expuso que el populismo que se ha expandido en América Latina y Europa surge como una teoría democrática, que se vende como una solución a los obstáculos que representa la democracia liberal para hacer válida la voluntad popular.

Advirtió que sus amenazas son distintas a un golpe militar y al cambio de régimen de la noche a la mañana.

“Hay un nuevo escenario, una nueva amenaza que es cierto desmantelamiento de la democracia liberal, en un proceso que se hace con autoridades electas, muchas veces a través de los medios del constitucionalismo, una característica del populismo contemporáneo, de reformas constitucionales y en crear nuevas constituciones, un patrón de no cambiar la institucionalidad de la democracia, pero sí cambiar aquellos elementos que le molestan”.

El investigador argentino alertó que con el nuevo populismo el concepto liberal de “ciudadanía”, que reconoce los derechos de las personas a ser parte de una comunidad política, se transforma a “pueblo”.

 “La idea de pueblo como  es una parte que se concibe como el todo y por lo tanto al concebirse como un todo, considera que aquellos que están fuera del todo no tienen cabida dentro de la comunidad política, eso está ligado a la idea de formación de identidades alrededor de un eje antagónico, amigo -enemigo, entonces el enemigo no debe tener cabida en la comunidad política porque está conspirando, es un enemigo del pueblo y de la nación”.

Peruzzotti señaló que las consecuencias del populismo contemporáneo es el retiro de espacios para el enemigo a fin de que no tenga voz, lo que implica restarle autonomía al Poder Legislativo en caso de que la oposición sea mayoría,  así como eliminar la esfera pública crítica y asfixiar a los medios de comunicación críticos con leyes de regulación de medios, que controlan hasta contenidos.


Georgina Iliana García Solís