Guadalajara, Jalisco. 

La pandemia ofrece la oportunidad de repensar los modelos de la ciudad, sobre todo en América Latina. La encrucijada es no renunciar a los espacios libres y a la interacción social pero tampoco caer en los modelos de urbes dispersas.

Josep Roca Cladera, director del Centro de Política de Suelo y Valoraciones de la Universidad Politécnica de Cataluña, España, explicó que en algunos países, por ejemplo en Estados Unidos, las ciudades han evolucionado a modelos más dispersos, lo que requiere el uso del automóvil como casi único medio de transporte.

En cambio las ciudades compactas tienen mayor densidad e intensidad de uso y actividades interrelacionadas, vivienda colectiva y transporte público explicó Josep Roca.

"Pero tiene elementos positivos, porque limita el consumo de suelo, limita el consumo energético, limita la emisión de gases de efecto invernadero y por lo tanto un mejor funcionamiento desde el punto de vista ambiental y muy probablemente desde el punto de vista social. Si se hace bien la ciudad compacta, puede permitir, puede desarrollar una mayor interacción de actividades y de grupos sociales". Y puso ejemplos de lo que ocurre en Cataluña.

"Por ejemplo en Barcelona es obligatorio cuando se hace un desarrollo urbano, un edificio de viviendas multifamiliar, el 30 %, que tres de cada diez sean viviendas sociales a un precio asequible para la población con menos recursos y así se garantiza una mayor interacción de grupos sociales y no una formación de guetos. La ciudad compacta por lo tanto tiene elementos positivos respecto a la ciudad dispersa. La ciudad en América latina es una ciudad muy densa sin embargo no siempre una ciudad compacta en el sentido de esa interacción de actividades".

Sin embargo, el talón de Aquiles de las ciudades compactas es la concentración excesiva, derivada en ocasiones por la especulación y el sobre uso del espacio para sacarle rendimiento económico, además del hacinamiento en el transporte público. Un ejemplo es la Zona Metropolitana de Guadalajara.

Al respecto, Daniel González Romero Director del Instituto de Investigación y Estudios de las Ciudades, reflexionó:

"El habitar una ciudad no sólo es llegar a dormir a un lugar, sino las actividades de conjunto de una persona en un espacio determinado. Y qué es lo que pasa en Guadalajara, la gente se fue a vivir hacia fuera pero en el día se congregaba en el centro de la ciudad y pasará más adentro, en el municipio de Guadalajara, más habitado por personas que las partes externas de la ciudad. Entonces, qué significa deshabitar exactamente, qué significa que la gente se vaya de un lugar donde solamente duerme y pasa menos horas en otro".

Concluyó que la ciudad compacta no es encimar edificios, sino garantizar dignidad y de manera sana.

Estos temas serán tratados durante el coloquio “El futuro de las ciudades y los nuevos escenarios frente a las contingencias globales”, del 23 de junio al 28 de julio, todos los martes a las 10 de la mañana. Estas mesas serán transmitidas por Canal 44 y Radio Universidad de Guadalajara.