Terminan remodelación de Plaza de San Antonio
Foto: Gobierno de Ocotlán




Ocotlán, Jalisco

El día 13 de noviembre se inauguró la remodelación de la plaza San Antonio de Ocotlán, ubicada en la colonia Mascota, misma que fue abierta por primera vez en el año de 1965, la obra comtlempló reconstrucción de jardineras, sustitución de bancas y mejoras en el piso, además de banquetas. El presidente municipal, Paulo Gabriel Hernández, puntualizó que el objetivo primordial de la recuperación de los espacios públicos del municipio en este caso la Plaza San Antonio, es para que los niños, jóvenes y adultos puedan desarrollarse en un ambiente sano:

“Queremos que sean más lugares en el que se pueda recordar viejas tradiciones de jugar a los encantados escondidas que sean más los juegos físicos que los virtuales que dejen los celulares y las tables”.

Entre la población se encontró un testigo que nombró a Manuel Pérez, Sergio Ramos entre otros quienes en su momento en el 1965 lucharon hasta que su voz fue escuchada para que en la colonia Mascota se construyera una plaza para que los ciudadanos pudieran tener acceso a espacios públicos.

Paulo Hernández, mencionó la importancia que tiene que los niños y jóvenes de hoy se apropien de los espacios públicos para la realización de actividades deportivas y recreativas, y que estos espacios se encuentren en condiciones óptimas para que ellos decidan convivir cara a cara con las personas y se disminuya el uso de los aparatos electrónicos que los aísla de convivencia real:

“Hoy lo que queremos hacer de Ocotlán es que nuestros niños tengan la oportunidad de jugar de una manera sana y segura, que los adultos tengamos la oportunidad de sentarnos y platicar y eso es lo que queremos promover aquí en Ocotlán, ciudad de los niños, poco a poco vamos a recuperar más espacios”.

La obra tuvo una inversión de 4 millones 137 mil 931 pesos, de los cuales el gobierno municipal aortó el 50% y el otro 50% el Fondo Complementario para el Desarrollo Regional (FONDEREG) del Gobierno del Estado de Jalisco.

Por María Ramírez Blanco