Guadalajara, Jalisco.

México cuenta con una tradición vanguardista en el tema de la protección ambiental, por lo cual, con el empuje de la sociedad civil es viable pensar que se podrá integrar un presupuesto de egresos que refleje no solamente los compromisos internacionales, sino las prioridades con la conservación como base de un modelo de desarrollo a largo plazo, señala la directora de conservación del capítulo México del Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés), María José Villanueva.

La activista consideró que además del trabajo desplegado desde las instancias públicas, la sociedad organizada ha dado vida a numerosos proyectos que han resultado valiosos por incidir en la conservación de vida silvestre y patrimonio natural en general.

Una parte esencial de los buenos resultados deriva de trabajar con las propias comunidades, es decir, existe la certeza de que no puede haber resultados si no se involucra de forma decidida a los dueños de la tierra y los que ejercen presión sobre los recursos.

La WWF apoya diversas iniciativas de conservación, como la Alianza Nacional del Jaguar, y también, la creación de zonas de reserva ecológica en 300 cuencas mexicanas, bajo el concepto de gasto o caudal ecológico, lo que derivó en diez proyectos presidenciales que no han generado satisfacción en muchos sectores de la conservación del país, que lo ven como un paso más a la privatización del recurso.

La directora de conservación de la WWF sostiene que la generación de instrumentos de protección debe estar de la mano con los pobladores locales, y espera que las discusiones sobre los diversos temas que involucra el medio ambiente, consoliden un proceso en el que México debe mantener sus altos estándares de compromiso.