Autoridades mexicanas detuvieron este domingo a un jefe autodefensa indígena de Michoacán (oeste), lo que desencadenó protestas y un enfrentamiento que dejó un niño muerto y cuatro heridos. 

Los milicianos achacan las víctimas a militares mientras que las autoridades aseguran que fue un ataque de un grupo armado.

Cemeí Verdía Zepeda, un indígena nahua, fue detenido este domingo en la comunidad de La Placita, en el municipio de Aquila, por violar la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos ya que llevaba al momento de su arresto dos fusiles, un arma corta y 69 cartuchos, informó el Grupo de Coordinación Michoacán, que aglutina los cuerpos castrenses y de seguridad pública del estado.

Los seguidores de Verdía, cuyo grupo no pertenece al cuerpo oficial de fuerzas rurales, denunciaron que los uniformados trataron de desarmarles y, cuando protestaban contra el arresto bloqueando varios puntos de la carretera, fueron presuntamente atacados por miembros del Ejército.

Sin embargo, el Grupo de Coordinación dijo en un comunicado que está haciendo los trabajos de investigación para "identificar al grupo armado que agredió a la población".

Fruto del confuso choque, un niño de 12 años murió de un impacto de bala mientras que otras cuatro personas resultaron heridas, entre ellas una niña de seis años y un chico de 17.

"Vinieron siete convoys de soldados, todos llegaron a la base que tenemos en La Placita. Nosotros cuando vimos correr a la gente asustada inmediatamente nos activamos", dijo a la AFP Ampelío Verdía Guzmán, familiar del jefe miliciano detenido, que acusó a los militares de la muerte del niño y los cuatro heridos.

Deslindándose de los hechos, el Grupo de Coordinación Michoacán reiteró que su dependencia "tiene el firme compromiso de que los derechos humanos sean respetados en todas las acciones operativas" y se comprometió a hacer una investigación exhaustiva sobre el "ataque".

En redes sociales circularon supuestas fotografías posteriores al episodio en las que se ve a un niño con un impacto de bala al lado del ojo y a una niña ensangrentada.

Vecinos de Michoacán se levantaron en armas a inicios de 2013 contra el terror que sembró por años el cártel de Los Caballeros Templarios.

Tras la detención y abatimiento de sus cabecillas, el gobierno mexicano decidió disolver el movimiento de autodefensa en mayo de 2014 para que sus miembros pasaran a formar parte de un nuevo cuerpo oficial de policía rural.

Uno de los fundadores de las autodefensas, José Manuel Mireles, se opuso a esa conversión y lleva un año encarcelado acusado de portación de armas exclusivas del Ejército y de narcotráfico al menudeo.