La alcaldía de la Ciudad de México impuso este miércoles regulaciones y tarifas para los polémicos servicios de transporte mediante aplicaciones tecnológicas, como Uber y Cabify, después de que su expansión generara fuertes protestas de los taxistas tradicionales.

Las normas, publicadas en la gaceta oficial capitalina, establecen que los operadores de las aplicaciones deben aportar el 1.5% de cada transporte a un fondo especial para la mejora del servicio de taxis de la megaurbe, informó la alcaldía en un comunicado. 

El reglamento dicta también condiciones para el tipo de autos que pueden formar parte de la flota que usa estas aplicaciones: deben tener un valor de al menos 200 mil pesos (12 mil 650 dólares), cuatro puertas, aire acondicionado, cinturones de seguridad y airbags.

Los conductores tampoco podrán aceptar pagos en efectivo. Los servicios de Uber son contratados con una tarjeta de crédito.

Taxistas de ciudades alrededor del mundo han denunciado que los conductores de Uber, que son localizados por los clientes mediante una aplicación en sus teléfonos, están apenas regulados y significan una competencia desleal para ellos.

Uber ha sido prohibido en algunas ciudades en Europa y enfrenta demandas en Estados Unidos, pero en América Latina también los ánimos se han caldeado con protestas callejeras de taxistas e incluso ataques a conductores de Uber.

En mayo, taxistas de Ciudad de México se rebelaron con una masiva manifestación que colapsó el tránsito en la ciudad, denunciando que sus nuevos competidores no tienen que pagar los altos impuestos que les cobra a ellos la alcaldía.

Rubén Alcántara, líder de una asociación de taxistas de la capital mexicana, se quejó de que el nuevo reglamento no obedece a las discusiones que tuvieron con la alcaldía.

"No es posible que extranjeros vengan y le ganen al gobierno de la ciudad y siga prevaleciendo el desorden", reprochó Alcántara.

En cambio, Uber dio la bienvenida a las nuevas regulaciones.

"Hoy la megalópolis de Ciudad de México está haciendo historia", dijo la compañía estadounidense en su sitio electrónico.

"La capital de México, una de las ciudades más complejas del mundo, tiene ahora una regulación con visión de futuro haciéndose eco de los principios del modelo de negocio de Uber: la lógica de la oferta y la demanda junto a la capacidad de los ciudadanos de elegir cómo se mueven por la ciudad", afirmó la compañía.