Al menos 17 personas fueron incineradas en el basurero de Cocula (sur) la noche en que desaparecieron los estudiantes de Ayotzinapa, según un nuevo peritaje que encargó la fiscalía mexicana después de que informes independientes negaran que hubiera existido un gran fuego en ese lugar.

"La recolección de restos óseos corrobora la evidencia suficiente" que permite "determinar que al menos 17 seres humanos adultos fueron quemados en el lugar", la noche del 26 al 27 de septiembre de 2014, dijo este viernes ante periodistas Ricardo Damián Torres, integrante del Grupo Colegiado de Expertos en Materia de Fuego, que realizó el nuevo estudio.

El experto señaló, en la sede de la dependencia, que esta conclusión es coincidente entre los equipos forenses de la fiscalía y del equipo argentino forense, que trabaja en el caso a petición de los padres de los 43 chicos desaparecidos.

El nuevo informe ratifica la línea que había dado el gobierno apoyado en el primer análisis de los peritos de la fiscalía general, que aseguraba que los 43 estudiantes fueron incinerados en el basurero de Cocula, en el estado de Guerrero.

Sin embargo, contradice el análisis del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) que en febrero pasado negó que hubiera ese día evidencia científica de un fuego de esas dimensiones, poniendo en entredicho la versión oficial de los hechos.

"Existe evidencia suficiente e inclusive observable físicamente para afirmar que sí existió un evento de fuego controlado de grandes dimensiones en el lugar denominado basurero de Cocula", reviró el viernes Torres, aunque dijo que sólo "una prueba a gran escala" podrá confirmar si hubo condiciones para poder incinerar a los 43 estudiantes.

Por eso, añadió que su grupo realizará más pruebas en las próximas semanas para corroborar "científicamente" si eso fue posible.

- Informes contradictorios -

La versión de que los chicos fueron quemados en el basurero de Cocula fue rechazada por el grupo interdisciplinario de expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (GIEI) y por el equipo de argentinos.

La fiscalía general anunció en febrero que encargaría este tercer peritaje, ante cuestionamientos sobre la versión oficial de los familiares de los 43 estudiantes y de las críticas de organizaciones internacionales como Human Rights Watch y Amnistía Internacional. 

El nuevo grupo colegiado de expertos está integrado José Torero, el perito peruano que en 2015 concluyó en el estudio del GIEI que no había existido un fuego de tal magnitud en el basurero la noche del 26 al 27 de septiembre de 2014.

Hasta el momento, la fiscalía ha mantenido las conclusiones presentadas en noviembre de 2014, que aseguran que los estudiantes desaparecidos de la escuela rural de Ayotzinapa habían sido asesinados e incinerados en Cocula, un municipio aledaño a Iguala (sur).

Esa trágica noche los jóvenes fueron brutalmente atacados en Iguala por policías y entregados al cártel de Guerreros Unidos.

Ese cártel habría llevado a los chicos al basurero y quemado sus restos ahí para luego lanzar las cenizas en bolsas al río San Juan, cercano al lugar. 

La versión que la fiscalía ofreció en noviembre de 2014 indicaba que había encontrado en el río una de las bolsas y, hasta el momento, sólo se ha podido corroborar plenamente la identidad de uno de los estudiantes mediante pruebas de ADN realizadas por un prestigioso instituto en Austria.