La Minerva fue parte de un proyecto de ciudad mal visto  por los tapatíos 
Fotografía: Georgina García Solís




Guadalajara, Jalisco.

Una diosa guerrera, justa y sabia custodia a  Guadalajara. Se trata de Atenea para los griegos y de Minerva para los romanos. Para los tapatíos es una escultura de la autoría de Joaquín Arias que fue inaugurada el 15 de septiembre de 1957, en el sexenio de Agustín Yáñez, señala la historiadora, Bettina Montti.

“Desde tiempo atrás ya se veía a Guadalajara como una ciudad importante desde el punto de vista intelectual...una Atenas”, comentó Bettina Montti, historiadora.

La escultura de La Minerva  instalada en la glorieta y fuente del arquitecto, Julio de la Peña fue parte de un proyecto de ciudad, que prospectaba su crecimiento hacia el poniente.

En aquel entonces apenas surgían fraccionamientos como Arcos Vallarta y Jardines del Bosque y por su ubicación le daba la bienvenida a los visitantes de Guadalajara.

Hoy es parte de la identidad de los tapatíos, pero no siempre fue así por darle la espalda al centro de la ciudad, tener una silueta poco estilizada y rasgos indigenas, recuerda la investigadora.

A juicio de la historiadora, los festejos espontáneos del equipo Guadalajara en La Minerva han contribuido para romper con esa percepción y para que se convirtiera en un símbolo de la ciudad.


Georgina Iliana García Solís