Guadalajara, Jalisco.

El Estado desaparece de muchas formas. En algunos casos, materialmente, como en la desaparición forzada. En otros, por complicidad con los delincuentes. Y en casi todas las ocasiones, con una narrativa oficial que los criminaliza o reduciendo a las víctimas solo a cifras.

Así lo dijo el también activista Darwin Franco Migues, quien señaló que las víctimas no desaparecen una sola vez, sino varias.

“La primera es esa desaparición física qué le impide seguir “siendo”, que les impide estar junto con nosotros. La otra tiene que ver con la desaparición de carácter administrativo por parte del Estado, que justamente alega la comisión de un delito o las cataloga como datos estadísticos o de expedientes. En el caso de Jalisco, aquí les gusta mucho manejar expedientes”, dijo.

Alejandra Guillén y Darwin Franco Migues, impartieron la cátedra inaugural “Lenguaje de Estado y Desaparecidos en Jalisco", para abrir el ciclo escolar 2019 B de la Licenciatura en Antropología de la UdeG.

Señalaron que el Estado parece más preocupado porque la estadística no crezca en lugar de buscar a los desaparecidos y cuando por fin no le queda más remedio que admitir la existencia de su desaparición, los convierte en un simple número y de todas formas no actúa.

La otra desaparición, ocurre al adoptar la narrativa oficial al decir que esa víctima andaba en malos pasos.

En México, el Estado ha tenido un papel en las desapariciones, desde la guerra sucia de los años 70 y ahora en la guerra contra el narcotráfico, indicó Alejandra Guillén, ganadora del Premio a Breach- Valdez de Periodismo 2019

“También pensando en el papel del estado en las SEMEFOS que están colapsados. Y por supuesto, hay funcionarias y funcionarios que están tratando hacer su trabajo de salir de esta crisis, y evitar la gran cantidad de trabajo que tienen, pero hacen que muchos de los desaparecidos estén como cuerpos no identificados”, agregó.

Señaló que la desaparición tiene varios fines: desde la intención de sembrar terror en la sociedad, o esclavizar a jóvenes para obligarlos a cometer actividades delictivas, entre otros.