Ciudad de México, México.

La película Coco, de Pixar, atrajo a más espectadores en México que todas las producciones mexicanas juntas en 2017.

Durante el año pasado, en México se produjeron 176 largometrajes. De ese total, 88 se estrenaron y sumaron una asistencia de 22.4 millones de personas; sin embargo, sólo Coco sumó a 23.3 millones de asistentes en cines mexicanos, reveló el investigador de la Universidad de Washington en San Luis, Estados Unidos, Ignacio Sánchez Prado.

¿Por qué no se ve el cine mexicano? ¿Qué problemas tienen las películas mismas para no lograr sustentar un contrato con la audiencia?, fueron algunas interrogantes que planteó Sánchez Prado, en el marco del XVII Congreso Internacional de Teoría y Análisis Cinematográfico celebrado la semana pasada en la Ciudad de México.

Para dar respuesta a las interrogantes, hay que tomar en cuenta varios factores, señaló el investigador:

1- Una película mexicana tarda entre uno y cinco años para estrenarse y para que sea rentable necesita estimarse en mil pantallas. Además, “sólo 7% de los espectadores mexicanos acuden al cine a ver cine hecho en México”.

2- Las políticas estatales sobre-fomentan la producción nacional, pero no su consumo.

3- Las estructuras de exhibición son privadas y con fines de lucro.

4- Aumento de precios de boletos de cine.

5- "No hay educación cinematográfica en las preparatorias, lo cual indica la necesidad de una alfabetización cultural para lograr la producción de audiencia”, dijo el investigador.

Sin embargo, no todo está perdido. Sánchez Prado dijo que los jóvenes interesados en la creación cinematográfica hoy tienen nuevas herramientas para hacer llegar sus creaciones a más audiencia: las plataformas streaming, la fortaleza del cine documental en donde destacan proyectos como Ambulante.

“El documental es un género muy interesante porque permite formas infraestructurales de la distribución en las que no se piensan dentro del cine de ficción”, concluyó.

Redacción: Andrea Gómez