May intenta reafirmar su liderato en el congreso de los conservadores británicos




MánchesterReino Unido

La primera ministra británica, Theresa May, intentó este domingo reafirmar su liderato en la apertura del congreso de su partido conservador en Mánchester, tras su fracaso en las últimas elecciones legislativas, abogando por minimizar las divisiones sobre el Brexit y reconquistar a los jóvenes.

La derrota del pasado 8 de junio le costó la mayoría absoluta a los conservadores en el Parlamento y mermó parte de la autoridad de May.

La primera ministra también sufre las consecuencias de los escasos o nulos progresos en las negociaciones sobre la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE). En ellas, May está en medio del fuego cruzado de los 'Brexiters' puros y duros, y los que quieren un divorcio suave. Entretanto, Bruselas pide propuestas concretas.

Para el profesor Simon Usherwood, de la universidad de Surrey, "May es un hándicap" para su partido, y sólo debe su supervivencia al riesgo que supondría su partida para la permanencia de los conservadores en el poder". En efecto, en estos momentos el líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, se beneficia de una fuerte dinámica en los sondeos.

Para suavizar el ambiente antes del congreso, Theresa May asumió de nuevo su revés electoral de junio y reconoció no haber sabido encarnar ese conservadurismo social que había defendido al ocupar su cargo en julio de 2016.

"El resultado no es el que esperábamos", admitió en la BBC. "Tenemos que escuchar a los lectores y los mensajes que nos envían", añadió, en alusión a su propuesta de suspender los gastos de inscripción en la universidad.

- Recuperar la iniciativa -

Con este tema, May pretende ocupar el terreno social, que suele ser propio de los laboristas. Prueba de ello fueron las declaraciones que había hecho antes del congreso, una profesión de fe en favor de un Reino Unido "más justo con los trabajadores".

Y respecto al Brexit, la primera ministra aseguró que su gobierno está "unido" detrás de ella, a pesar de las repetidas provocaciones de la persona a la que muchos ven como uno de sus posibles sucesores: Boris Johnson, el impulsivo ministro de Relaciones Exteriores.

"Bojo", como se le apoda en Reino Unido, anunció el sábado en el tabloide The Sun sus "líneas rojas" sobre la salida de la UE, y estimó que el período de transición post-Brexit propuesto por May para llevar a cabo un divorcio sin dolor, debía limitarse a dos años "y ni un segundo más".

"Hemos dejado (la UE). No hemos votado por eso el año pasado. Hay que seguir adelante", declaró Johnson en el periódico, dando la impresión de criticar de soslayo las orientaciones de la primera ministra.

Johnson ya había expuesto su visión sobre el Brexit en un texto publicado por el diario The Telegraph, días antes de un importante discurso de Theresa May sobre el tema, la semana pasada en Florencia (Italia). Esa tribuna fue considerada como una provocación.

El titular de Exteriores dará el martes ante el congreso conservador un discurso que será escrutado, al igual que el de David Davis, el ministro del Brexit, al que también se considera como un posible sucesor de May.

Ni uno ni otro "son de perfil bajo" subraya el profesor Usherwood. "Van a querer hablar, alto y claro (...) e intentar hacer avanzar sus ideas sobre el Brexit".

Para que May pueda recuperar la autoridad que tenía antes de las legislativas, "debe pasar por esta conferencia sin empeorar su situación mostrando que conserva, pese a todo, las riendas del partido, del país y de las negociaciones del Brexit", estima el experto.

El domingo, mientras los conservadoras hablarán de sus proyectos, varios miles de personas desfilaron en una marcha anti-Brexit.

"¡Stop al Brexit!", gritaron en las calles del centro de la ciudad, enarbolando banderas de la Unión Europea.

Las negociaciones con la UE "son una catástrofe", declaró a la AFP uno de los participantes, Bill Jones, de 47 años.