Vaporwave: Residuos, ruinas y restos dialogando y resonando entre ellos




Por Paúl Martínez Facio

Ayer, miércoles 29 de agosto, el Dr. en Comunicación y Política por la Universidad Autónoma Metropolitana, Fernando Ruíz Molina, presentó la conferencia Vaporwave: Resonancias distópicas y crítica difuminada, esto como parte del XV Ciclo de conferencias del Seminario de Historia Mexicana que lleva a cabo el CULagos, en la que abordó las distintas perspectivas del Vaporwave, tanto como corriente estética que nace como una crítica hacia el capitalismo tardío y sus promesas incumplidas, retomando la cultura publicitaria de los últimos treinta años para evidenciar la manipulación de la carga afectiva que producen y resignificarla.

Esto es parte de lo expuesto por el conferencista:

“La conmutación de la cultura visual de los últimos treinta años, la cultura chatarra, la publicidad y una serie de críticas crepusculares, que es, que nosotros cambiamos después del Tratado de Libre Comercio, cambió nuestra visión, nuestra forma de concebir el mundo, fuimos abiertos y bombardeados exponencialmente a los objetos comunicativos media, lo que el artista está criticando es básicamente esta cultura visual, esta cultura afectiva con la que fuimos involuntariamente formados todos nosotros a través de estos comerciales”.

No sólo se trata de una corriente estética, sino de un modelo de lectura aplicable a los elementos de la cultura pop, que permite se realice una lectura de distanciamiento para que el individuo logre de alguna manera trascender la influencia que estos elementos proponen o introyectan.

“¿Qué es el vaporwave?, hay que tomarlo como una estética pero también como una clave de lectura, de re ensamblaje de traslación y conmutación de la cultura publicitaria de las últimas tres épocas, destacando la cuestión de la encantación y a su vez el desencantamiento de lo obsoleto, de lo que vemos allí, de lo que está siempre presente que son las publicidades. La melancolía también juega un papel muy importante dentro del vaporwave en tanto distanciamiento, no cínico, porque el distanciamiento cínico es, sé lo que está pasando y lo dejo pasar; La melancolía es la insistencia en ¿Qué está pasando? ¿Qué está ocurriendo?”, agregó el ponente.

Sin embargo, advirtió, esta corriente estética ha perdido en buena medida su función crítica al alcanzar la difusión masiva del movimiento, hasta llegar a ser utilizada también de manera un tanto siniestra para la capitalización de políticas públicas o comerciales, en este caso citó a ejemplo la gran influencia que actualmente la cultura japonesa marca como tendencia a nivel mundial y en específico en México.

“Hay que ver Japón, también hay que ver el dispositivo de sujeción que hay y esta sedimentación de afectos que hay, para después capitalizarlos en políticas públicas o comerciales reales. Cuando estuvo aquí Akira Yamada, el denominado embajador otaku, Japón afianza IMPEX y afianza pozos petroleros, además está esta estrategia de contratar en sus fabricas automotriz, aquí a un ladito aquí en Guanajuato, personas que tengan esta afinidad con Japón, entonces también ya vemos que están recalibrando sus aparatos culturales o sus contenidos media para lograr otro tipo de metas”.

Resaltó la necesidad de realizar una crítica desde esta perspectiva en la que se aborden de manera particular los elementos que tocan directamente a la situación mexicana, ya que expuso, en general la crítica que se expone, tanto por artistas como analistas de esta corriente, está basada en elementos culturales europeos, japoneses o estadounidenses.