Por Luz Atilano

Aunque no puede establecerse que un panorama económico poco alentador y de pocas o casi nulas oportunidades para los jóvenes es el principal motivo por el que el índice de suicidios o de intentos de suicidio va en aumento en este sector de la población, no puede negarse que se trata de un factor que incide en este riesgo.

Contexto económico y suicidio

Desde el punto de vista del psicoanálisis, el suicidio es motivado multifactorialmente. María del Refugio Espinoza Hernández, maestra en Teoría Psicoanalítica por el instituto de Psicoanálisis León-México, explica que el intento de suicidio está más en correlación con el deseo de no seguir sufriendo que con el hecho mismo de quitarse la vida y que aunque cada caso es específico, personal y responde a distintas causas, siempre es importante abordar el impacto que tiene en cada sujeto la cuestión económica.

“Si nos vinculamos a la cuestión económica, puede ser un reflejo del modelo que te presenta la sociedad ahorita, de consumo, capitalista o neoliberal, donde el valer está en el tener. Esta carga muchos de nuestros jóvenes no la están tolerando. ¿Cómo es que (impacta) el modelo televisivo, el modelo que escuchamos constantemente y que vemos en los medios?, donde la imagen está a todo lo que da y entonces es un modelo inalcanzable y crea muchísima frustración y entonces vamos a la cuestión de la autopercepción de decir ‘soy persona, valgo si tengo y si no tengo entonces no valgo’. Entonces yo creo que es importante todo lo que crea esta situación económica en el sujeto, que no logra superarlo y que se hunde… porque (y aunque) no todos lo ven así, ahí entraría un factor ya personal, la capacidad de resiliencia que pueda tener alguien ante una situación de crisis, que pueda salir y la no capacidad muy vinculada a la autoimagen”, señala.

Y es que en el tema del suicidio son diversas las cuestiones sociales que favorecen lo que Freud llamó pulsiones de muerte, desde algo muy personal o un contexto familiar, hasta las limitantes en materia de educación y por supuesto, de economía que, siguiendo a Emile Durkheim, también apuntarían hacia la nula respuesta del sistema para brindar las herramientas necesarias para salir de ese sufrimiento.

Sin la información suficiente

Sin embargo, la especialista señala que a diferencia de algunos países europeos, en México no se cuenta con la información suficiente sobre la correlación entre economía e ideación suicida, existen demasiados huecos.

“También podemos decir que no tenemos los estudios suficientes para sustentar la información, pero sí hay situaciones en que la cuestión económica afecta por supuesto, al vínculo de suicidio-economía… y tiene mucho que ver con esta necesidad de desaparecer del mapa porque ‘parezco ante el otro débil, insuficiente, trastornado…’”.

Intervención de instancias públicas

Parte de lo que no permite contar con la información necesaria es la negación social que siempre gira en torno del suicidio y de los intentos de suicidio. Negación que se presenta no sólo en el entorno familiar del sujeto, sino además en las instancias públicas, pues en la mayoría de los casos se eximen de responsabilidades argumentando que se trata de asuntos externos y porque tampoco se encuentran informados ni capacitados sobre cómo  manejar correctamente este tipo de situaciones sea de forma preventiva o de intervención en crisis.

Como se ha informado con anterioridad, recientemente se anunció por parte de la Secretaría de Salud la creación de un Comité Municipal de Salud Mental, en el que se asegura que con la participación de diversas dependencias municipales y estatales, se buscará trabajar aspectos como la prevención, la atención de urgencias y una atención integral. Pero de acuerdo con Espinoza Hernández, el trabajo de dicho comité tendría que enfocarse además en la generación de información para comprender en nuestro contexto específico, el fenómeno suicida:

“Y si hay instituciones que trabajen con la cuestión de salud mental, serían básicas porque tendrían información de cómo manejar este tipo de situaciones, primero. Se harían investigaciones de los factores predisponentes dentro de la sociedad, que llevan a este tipo de situaciones, entonces se podrían prevenir. Se harían investigaciones en varias áreas, por ejemplo en la parte económica que es la que estamos tratando aquí, que aunque la estadística diga que es muy borrosa la información y que no hay algo así concreto… yo sí creo que sí afecta pero no solamente como elemento aislado sino con todos los elementos como la capacidad de la persona, la problemática de la persona, el contexto familiar, incluso la cuestión genética (hay predisposición genética para el suicidio). Pero si una institución tiene este tipo de responsabilidades, o sea… las asume, se evitarían muchas cosas, se entendería la esencia del suicidio y se podría evitar”, concluye.

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