Como nunca, será difícil definir el voto en 2018




Por Luz Atilano

¿Confía en que el proceso electoral de 2018 vaya a ser limpio?

«Yo trabajé ahí en el INE en las elecciones pasadas, dentro de lo que cabe hay la mesa directiva y ahí hay representantes de cada partido, entonces no puede haber fraude en el conteo de votos, todos checan una por una las boletas a la hora del conteo final, por casilla».

«No, está invadido de corrupción».

«No, porque siempre supuestamente duran su tiempo para contar los votos y a última hora viene ganando el mismo».

«Nunca ha sido limpio, porque se ha visto, no hay peor ciego que el que no quiere ver».

«Nunca es limpio, no es cierto que gana el que gana, siempre saquean los votos, pero nunca gana el que es».

«Sí, sí confío porque siento que es parte de la ciudadanía que está trabajando y se está poniendo ahorita las pilas toda la gente que está encargada de las urnas, es gente ciudadana, siento que puedo confiar este año».

«Hay mucho dinero de por medo ahí».

«Yo creo que sí, porque es una institución el INE, una institución seria, y creo que sí va a ser limpio».

Las opiniones son encontradas, y aunque 4 de las 10 personas entrevistadas creen que el Instituto Nacional Electoral (INE) realizará limpiamente su trabajo en la contienda electoral que definirá al representante de México durante el próximo sexenio, es evidente que la corrupción que impera en nuestro país permite aún que exista desconfianza en la sociedad con respecto a ello.

Y es que, lo anterior se debe en su mayoría al hartazgo provocado por las formas en que se ha venido manejando la política en las últimas décadas: desde los históricos actos de corrupción del partido en el poder y de sus contrincantes, las mismas promesas de cada seis años, la guerra sucia, los sobornos y compras de votos, además de las excesivas sumas de dinero derrochadas durante campaña, que en esta ocasión costarán a los mexicanas 28 mil 22 millones de pesos.

Situaciones que desde luego llegan a poner en duda la participación de los ciudadanos en las votaciones del próximo primero de julio; de tal modo que, aunque sólo algunos (2 de 10) consideran no acudir a votar o anular su voto, el resto, convencidos de que es su deber y obligación como ciudadanos hacer valer su elección, lo harán frente a un panorama desalentador, pues comparten “habrá que irse por el menos peor”:

«No les creo a ninguno».

«Yo pienso que ahorita en las precampañas que hicieron, es un haber quién es el menos malo, porque la verdad todos ya estamos hartos de publicidad. Son los mismos políticos nada más cambian de color, de partido, pero es un teatro».

«Hasta ahorita no hay nadie confiable».

»Desgraciadamente el nivel político se ha rebajado mucho, porque se han utilizado campañas muy sucias, hablando un candidato de otro, de una forma degradante».

«Yo diría que ahora sí pongan cualquier pendejo a la presidencia, al fin de cuentas es lo mismo, por lo que tiene este gobierno seis años, y en seis años han subido gasolina, gas, luz… ha sido todo lo contrario».

«En nadie confío ahorita».

«Voy a ser muy honesta, a ninguno le tengo confianza, por ninguno votaría, honestamente, qué triste en esta situación, que hay cero credibilidad, yo siento que no es nada más mía la opinión, es general».

«A mí lo que me parece mal, es que se ataquen entre ellos, que hablen mal uno de otro, de ahí nace la desconfianza, de uno para con ellos».

Comparten, no logra entreverse una verdadera opción de cambio en ninguno de los candidatos a la presidencia de la República Mexicana. No en Ricardo Anaya, de la coalición Por México al Frente; no en Andrés Manuel López Obrador, de la coalición Juntos Haremos Historia; ni en José Antonio Meade, de la coalición Todos por México… así como tampoco en la supuesta candidatura independiente de Margarita Zavala. El escenario es históricamente difícil y señalan “habrá que pensarle bien”.