No dar información y no contestar llamadas de números desconocidos




Por Gabriela Arreola

Las extorsiones telefónicas son un tipo de delito que desde hace aproximadamente diez años se ha vuelto común. Sin embargo, hasta la fecha, muchas personas no saben cómo actuar ante estas amenazas del crimen y terminan cediendo ante ellas, poniendo en riesgo su patrimonio.

No sucumbir ante el engaño e intimidación 

La mayoría de estas llamadas telefó

nicas son falsas, y detrás de ellas existe un modus operandi que tiende a repetirse en cada intento de extorsión. Los delincuentes al otro lado de la línea telefónica usan el engaño y la intimidación para que las personas hagan un depósito en alguna sucursal bancaria para pagar el rescate de algún familiar cercano.

Juan Carlos Rodríguez Rizo, quien es el coordinador del Instituto de Justicia Alternativa (IJA) sede regional Lagos de Moreno y se ha desempeñado en diversas áreas consultivas y de procuración de justicia, explica las diferentes fases en las que ocurre generalmente una extorsión telefónica:

«Lo primero que sucede siempre para llegar al resultado de una extorsión, empiezan por recabar información, y esto se convierte en la primera etapa; luego viene, en una segunda etapa, hacer los enlaces con los familiares o con las personas de las cuales la misma víctima sin darse cuenta está proporcionando los datos; y la tercera fase viene ya con la etapa de la llamada en la cual se apoyan con imágenes de Google Maps y dicen “estamos afuera”, cuando hacen ya contacto telefónico con la víctima y le dan incluso las características de la fachada de la casa, los nombres de los familiares y se auxilian incluso de información de Facebook».

Juan Carlos Rodríguez Rizo

Las personas que se dedican a extorsionar, también suelen llamar a nombre de empresas o de instituciones para conseguir los datos que posteriormente usarán para realizar la extorsión. También, mientras hacen la llamada telefónica, en la modalidad de secuestro virtual, amenazan a la víctima diciendo que tienen a su familiar secuestrado,  a quien también se ha interceptado vía telefónica y mediante amenazas le han hecho permanecer en algún lugar público o incluso en alguna habitación de hotel con el teléfono apagado o sin responder las llamadas.

Delincuentes comunes que usan el directorio telefónico y navegan en internet

Rodríguez Rizo, también hablar sobre el origen de estas llamadas y de cómo se ha diversificado su procedencia:

«Ya no lo hacen solamente las personas que están procesadas en los centros penitenciarios, ahora también lo hacen delincuentes o pandillas o jóvenes que pertenecen a alguna banda. Que casi no es muy común que lo haga en crimen organizado, realmente el crimen organizado no lo hace de esa manera, el crimen se dedica a lo suyo y aquí tenemos estafadores o extorsionadores profesionales; y algunos que lo empiezan a hacer sin ninguna experiencia pero que estamos viendo que esto ya no sólo se da en centros penitenciarios, sino también fuera de estos».

Lo que hay que hacer

Casi un 100% de estas llamadas de extorsión son falsas, por lo que al recibirlas las personas deben colgar y no dar ninguna información. Si no se localiza al familiar que virtualmente ha sido secuestrado, se debe llamar al 911 o al 089 y acudir personalmente ante la Comisaría para reportar el incidente; además, es recomendable llevar una foto del familiar supuestamente privado de la libertad para que sea boletinado y las autoridades lo busquen. Nunca hay que hacer ningún pago ni depositar cantidad de dinero alguna.