La pena de muerte, en lento retroceso en Estados Unidos
Activistas contra la pena de muerte, incluidos miembros de MoveOn.org y otros grupos defensores, se manifiestan frente a la Corte Suprema de Estados Unidos en un último intento por evitar la ejecución del recluso de Oklahoma Richard Glossip el 29 de septiembre de 2015 en Washington, DC. (Foto de Larry French / GETTY IMAGES NORTEAMÉRICA / AFP)




Washington, Estados Unidos.

Con una veintena de ejecuciones al año y un número equivalente de condenas a muerte, la pena capital sigue en lento retroceso en Estados Unidos, pero todavía cuenta con el apoyo de la mayoría de la población.

En 2023 se llevaron a cabo 24 ejecuciones en el país y se espera el mismo número este año, en tanto que se dictaron 21 condenas a muerte. Estas estadísticas son comparables a las de años anteriores.

En su informe anual publicado en diciembre, el observatorio especializado Centro de Información sobre la Pena de Muerte (DPIC, por sus siglas en inglés) afirmó que, por noveno año consecutivo, menos de 30 personas fueron ejecutadas y menos de 50 condenadas a muerte en el país.

Estas ejecuciones, todas por inyección letal, se llevaron a cabo en cinco Estados: tres del sur (Texas, Florida y Alabama) y dos del centro (Misuri y Oklahoma).

La primera ejecución prevista para 2024, la de Kenneth Eugene Smith en Alabama, está prevista este jueves o viernes por inhalación de nitrógeno.

Es la primera vez que un reo será ejecutado mediante este método denunciado por la ONU, que considera que puede constituir una forma de "tortura".

Las 21 condenas a muerte dictadas en 2023 se emitieron en siete estados: Florida, California, Texas, Alabama, Arizona, Carolina del Norte y Luisiana.

Como en años anteriores, la mayoría de los presos ejecutados en 2023 "probablemente no serían condenados a muerte hoy en día", debido a que se toman en consideración los problemas de salud mental y los traumas de los acusados, o a cambios en la ley, explica la DPIC.

Según el informe, el 79% de los ejecutados el año pasado sufrían al menos una enfermedad mental grave, una lesión cerebral o una discapacidad intelectual y/o un trauma infantil grave. "El 33%" padecía las tres.

Según el DPIC el descenso paulatino del número de condenas a muerte en los últimos veinte años es "un claro indicio de que la opinión de los jurados sobre la eficacia, la precisión y la moralidad de la pena de muerte ha cambiado".

Según un reciente sondeo del instituto Gallup, la mayoría de los estadounidenses (50% frente a 47%) cree que la pena capital no se aplica de forma justa en Estados Unidos.

  • Pero una mayoría (53%) sigue estando a favor de su aplicación, según la misma fuente.

La pena de muerte ha sido abolida en 23 estados del país y otros seis tienen una moratoria sobre su uso, decidida por el gobernador.