Tras aprobar las primeras reformas, Grecia obtuvo este jueves la luz verde teórica de sus socios europeos para llenar rápidamente sus arcas y negociar un nuevo rescate, poco antes de que el BCE diera un respiro a sus bancos.

Durante la noche, el gobierno griego anunció la reapertura a partir del lunes de los bancos, cerrados desde el 29 de junio. No obstante, los griegos podrán retirar sólo 60 euros diarios, aunque el resto de operaciones podrán realizarse, precisó el viceministro de Finanzas, Dimitris Mardas.

Al día siguiente del voto del parlamento griego, que aprobó una serie de reformas en señal de buena voluntad aunque generando fuertes tensiones políticas, Atenas recibió el apoyo del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, para encontrar una forma de aliviar su deuda, una necesidad "indiscutible".

A pesar de este apoyo, el ministro de Interior, Nikos Vutsis, indicó que podrían celebrarse "muy probablemente" elecciones anticipadas antes de octubre.

El parlamento griego dio su visto bueno a cuatro reformas exigidas por los acreedores, entre ellas un alza del IVA. No obstante, esta votación provocó muchas deserciones entre las filas de la formación de izquierda radical Syriza, del primer ministro Alexis Tsipras.

Antes de las declaraciones de Draghi, los ministros de Finanzas de la zona euro habían acordado el inicio de negociaciones formales para un tercer plan de ayuda de más de 80.000 millones de euros, como se aprobó a principios de semana.

Y, después de que Londres levantara sus reticencias al uso de un fondo comunitario de los 28 países de la Unión Europea (UE), Atenas debería poder acceder en los próximos días a un crédito puente que le permita hacer frente a los gastos corrientes y reembolsar 4.200 millones de euros al BCE el lunes.

- Siete mil millones de puente financiero -

Para asegurar, al menos en parte, este "puente" financiero, la Comisión Europea ha propuesto un préstamo de 7.000 millones de euros, procedentes de un fondo comunitario. 

El ministro británico de Finanzas, George Osborne, que rechazaba el uso del dinero de los contribuyentes británicos para solucionar los problemas de los países de la zona euro, anunció el jueves por la noche un acuerdo con la Comisión Europea.

Durante el día, una reunión ordinaria del consejo de gobernadores del BCE en Fráncfort aumentó en 900 millones de euros el techo de los préstamos de emergencia ELA, una tabla de salvación para los bancos griegos. "Las condiciones para el aumento del ELA se han vuelto a dar", dijo Draghi. 

El Parlamento griego tiene que votar la semana próxima otros paquetes de reformas prometidas, y el BCE aumentará un poco más la inyección de ELA a medida que avancen las reformas, explicó Holger Schmieding, analista de Berenberg, mencionando la "zanahoria" enarbolada por Draghi.  

Sin embargo, sigue habiendo "interrogantes sobre la voluntad y la capacidad (del gobierno griego) de poner en marcha" las reformas prometidas, reconoció Draghi, para quien "corresponde al gobierno de Atenas" disipar estas dudas.

- Berlín, intratable sobre la deuda -

En Atenas, el primer ministro griego aparecía debilitado por la pérdida de su mayoría parlamentaria. Al hablar de "desgarro", el diario griego liberal Katherimini apuesta por una remodelación ministerial, pero Tsipras se contentó el jueves por la noche con criticar a los disidentes de su partido sin evocar sanciones.

Por su parte, los socios europeos de Grecia empezarán a negociar un tercer rescate cuando el viernes los diputados del Bundestag, la cámara baja del parlamento alemán, otorguen el mandato al gobierno para negociar. Aunque la canciller Angela Merkel se enfrenta a un creciente descontento en su campo conservador, la luz verde en principio no corre peligro.

En cambio, para Alemania, la eventual reducción de la deuda griega, que se eleva al 180% del PIB, está prácticamente excluida.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) dejó atónitos a sus socios el martes al pretender condicionar su participación en el próximo programa de ayuda a que los europeos, principales acreedores de Grecia, alivien la deuda. Esto podría pasar por una ampliación de los plazos o por una quita pura y simple, algo inimaginable para Berlín.

"Un auténtica quita de la deuda es incompatible con la pertenencia a la unión monetaria", dijo el jueves el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble.