En un inédito discurso ante el Congreso de Estados Unidos, el papa Francisco exhortó este jueves a los legisladores a hacer más por los migrantes que sufren, combatir el cambio climático y abolir la pena de muerte en el mundo.

El jesuita argentino de 78 años, primer líder de la Iglesia católica en una sesión bicameral del Congreso, habló por poco menos de una hora, y en inglés, ante más de 500 diputados y senadores, magistrados de la Corte Suprema y miembros del Ejecutivo, entre ellos el vicepresidente Joe Biden.

Estados Unidos cayó rendido ante el pontífice argentino desde su arribo a Washington el martes.

Pero como en la víspera en la capital, Jorge Bergoglio, primer papa proveniente del continente americano, no rehuyó de los temas polémicos.

En un país que practica varias ejecuciones al año, con el apoyo de una mayoría de legisladores, el papa retomó su llamado a "la abolición mundial de la pena de muerte".

En paralelo, el pontífice pidió "acciones valientes" ante el cambio climático, un tema en el que coincide con el presidente Barack Obama, pero que divide a los congresistas.

"Estoy convencido de que podemos marcar la diferencia y no tengo alguna duda de que los Estados Unidos y este Congreso están llamados a tener un papel importante", expresó el pontífice, quien se refirió a la necesidad de implementar lo que denominó una "cultura del cuidado".

Para este papa "hijo de inmigrantes", la crisis de refugiados "sin precedentes desde la II Guerra Mundial" y el drama de los inmigrantes en el continente americano representan "grandes desafíos y decisiones difíciles" que requieren una respuesta que sea "justa y fraterna" de los gobernantes.

Guiño a diálogo con Irán y Cuba

Francisco hizo su entrada a la cámara poco después de las 14H00 GMT, con una ovación de pie, la primera de varias durante su alocución.

"Señor presidente, el papa de la Santa Sede", anunció el alguacil de la cámara, apegado al ritual del Congreso estadounidense. 

Tras cerrar la mano con el secretario de Estado John Kerry, el vicepresidente Joe Biden y el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, el papa se subió al podio en un ambiente de algarabía y decoro que recordaba los discursos anuales del presidente estadounidense, elevado a la potencia.

En su mensaje evocó los "sueños" estadounidenses y las grandes figuras del país como Abraham Lincoln y Martin Luther King.

"La familia está amenazada quizá como nunca antes", señaló.

Francisco advirtió a los legisladores estadounidense del peligro del fundamentalismo", religioso o no, y de evitar la tentación del "reduccionismo simplista" de dividir la realidad entre buenos y malos.

Y en una sesgada referencia a las conversaciones abiertas por Estados Unidos con viejos adversarios como Cuba e Irán, Francisco habló del coraje y la audacia que se requiere para abrir "nuevos horizontes para todos".

Pero consciente de las profundas divisiones en la política estadounidense, el papa había ya anunciado en el avión que lo traía de Cuba a Estados Unidos que no hablaría específicamente sobre el embargo contra la isla, que los republicanos se niegan a levantar.

El papa cerró diciendo "God bless you" ("Que Dios los bendiga") ante los legisladores, de los cuales nueve de cada diez profesan la fe cristiana.

"Recen por mí"

Tras el discurso, Francisco se dirigió desde un balcón a más de 50.000 personas  congregadas, a los pies de la colina del Capitolio, la última oportunidad de ver de cerca al popular pontífice en la capital estadounidense, después de su recorrido en papamóvil el miércoles.

Con un "buenos días" en español, el papa despertó la algarabía de la multitud, a la cual en el mismo idioma pidió: "recen por mí" y "deséenme cosas buenas".

Incluso antes de la alocución, cada partido tomaba tajada de las posturas del pontífice.

Los demócratas aplauden sus palabras contra el "divino mercado", sus llamados a luchar contra el cambio climático y dar la mano a los inmigrantes, al tiempo que Estados Unidos debate la suerte de los millones de indocumentados provenientes de México y América Central.

Los conservadores, por su lado, defienden el matrimonio tradicional y rechazan el aborto, dos temas en los que se alinean con la Iglesia católica, en momentos en que el matrimonio homosexual en Estados Unidos fue legalizado por la Corte Suprema en junio y el derecho al aborto gana terreno.

Luego del Congreso el papa acudió a un centro caritativo católico, donde tuvo un encuentro con personas sin techo.

El papa debe partir la tarde del jueves a Nueva York, para pronunciar un discurso durante la Asamblea General de la ONU y presidir una ceremonia ecuménica en el World Trade Center.

Entre sus últimos actos, el fin de semana estará en Filadelfia para un encuentro mundial de familias católicas, en presencia de un millón y medio de personas. Partirá de Estados Unidos el domingo.