Obiang Nguema, una presidencia absoluta en Guinea Ecuatorial




Libreville, Gabón.

Teodoro Obiang Nguema, presidente todopoderoso de Guinea Ecuatorial, que afirmó haber abortado un golpe de Estado a finales de diciembre, reforzó su control en el pequeño Estado petrolero de África Central que dirige con mano de hierro desde 1979.

Precisamente, siempre ha sido un dirigente atormentado ante el temor a un golpe de Estado.

Decano de los jefes de Estado en ejercicio del continente en términos de longevidad en el poder, Obiang, de 75 años, llegó al mismo mediante un golpe de Estado llevado a cabo por oficiales que derrocaron a Francisco Macías Nguema, que estaba a la cabeza del país desde la independencia de la potencia colonial,  España, en 1968.

Este último sumió a Guinea en el terror, multiplicando asesinatos y abusos y traumatizando por mucho tiempo al país.

A la cabeza de la junta, Teodoro Obiang Nguema, mandó fusilar a Macías Nguema, su tío. A partir de este episodio, mantuvo el miedo a un golpe de Estado y se esforzó por construir servicios de seguridad omnipotentes bajo su autoridad directa.

Actualmente, su seguridad privada es gestionada por los israelíes, y a menudo Guinea Ecuatorial acude a los servicios de Corea del Norte para la formación de policías y militares.

 - 'Uno de los países más corruptos' -

En un principio, jefe de un país sin grandes recursos y tratado con insolencia por los otros presidentes africanos, el descubrimiento de petróleo en las aguas ecuatoguineanas a principios de los años 1990 cambió la situación.

El país se enriqueció, presumió de tener uno de los mayores PIB per capita de África, e invirtió masivamente en infraestructuras.

Paralelamente, las oenegés suelen señalar a Guinea Ecuatorial como uno de los países más corruptos del mundo, que prefiere invertir en hoteles particulares lujosos en Europa antes que en la educación o en la sanidad.

El hijo del presidente, Teodorín Obiang, fue condenado en París en octubre a tres años de cárcel y a pagar una multa de 30 millones por un caso de "bienes mal habidos". Éste apeló la sentencia y permanece en Malabo designado como el posible delfín de su padre.

Obiang Nguema no le da importancia y muestra su desprecio ante todas las críticas "occidentales" por su gestión y las violaciones de derechos humanos.

Con sus petrodólares, siguió acogiendo a muchos de sus colegas jefes de Estado del continente ya al finalizar regímenes "difíciles". Yahya Jammé, amenazado con sanciones y con la extradición vinculadas a su gobierno dictatorial en Gambia durante 22 años, encontró refugio en Malabo a principios de 2017.

 - 'Diez intentos de golpes de Estado abortados' -

Pero, aunque las urnas expulsaron a Jammé del poder gambiano, Obiang, que es candidato del partido en el poder para las presidenciales de 2022, no le teme a las elecciones sino a un golpe de Estado.

"Se está organizando una guerra ya que dicen que he pasado mucho tiempo en el poder", declaró el sábado a la vez que pidió "vigilancia" a sus compatriotas para evitar que derroquen su régimen.

El presidente afirma que abortó al menos diez intentos de golpe de Estado o de asesinato desde su ascensión al poder en 1979.

En 2004, un exoficial de las fuerzas especiales británicas SAS, Simon Mann, fue detenido junto a otros 61 presuntos mercenarios en Harare donde recuperaba armas antes de ir a Malabo.

Después de un juicio especialmente cubierto por los medios de comunicación y dirigido por el poder que terminó en una condena a 34 años de prisión, el hombre finalmente fue indultado unas semanas antes de las presidenciales de 2009. Recientemente, atestiguó a favor del hijo de Obiang en el juicio de éste en París.

En cada intento fallido de golpe de Estado, Malabo responde con acusaciones y con represión, a través de purgas en el ejército (2002), o atribuyendo la responsabilidad a la oposición (2004).

El domingo, Malabo afirmó que el reciente intento golpista abortado -después de que unos treinta hombres armados hubieran sido detenidos en Camerún-, fue orquestado por "militantes de partidos de la oposición radical".

El partido CI, primera oposición de Obiang en el país que logró un 5% de los votos en las últimas elecciones y denuncia desde entonces detenciones en masa, rechazó estas acusaciones y denuncia un "montaje".