"No estamos curados del racismo", admitió el presidente Barack Obama -días después de la matanza de nueve afro-estadounidenses a manos de un supremacista blanco en Carolina del Sur- evocando la persistencia de la segregación en la sociedad estadounidense.

"No se trata solamente de no decir 'negro' en público porque es mala educación, no es por eso que se constata si el racismo continúa existiendo" explicó el primer presidente negro de Estados Unidos en una entrevista concedida al programa radial "WTF with Marc Maron", difundido en la mañana del lunes.

"No es solamente una cuestión de discriminación evidente. Las sociedades no borran completamente, de un día para otro lo que pasó 200 o 300 años antes", afirmó el mandatario.

"La herencia de la esclavitud, de (las leyes de segregación racial propuestas por) Jim Crow, de la discriminación en casi todas las instancias de nuestra vida, eso tiene un impacto durable y sigue formando parte de nuestro ADN", advirtió.

Obama destacó también los avances logrados: "es innegable que las relaciones raciales mejoraron sensiblemente en el transcurso de mi vida. Las oportunidades se multiplicaron, las actitudes cambiaron. Eso es un hecho, admitió. "No digan que nada cambió en relación a las razas en Estados Unidos", subrayó en esa entrevista, realizada el viernes.

La matanza de Charleston, una de las peores de la historia reciente de Estados Unidos, sacudió al país y reavivó la controversia tanto sobre la tensión racial latente como sobre la legislación para las armas de fuego y la presencia de la bandera confederada segregacionista frente a la legislatura de Carolina del Sur.

Legisladores y altos funcionarios de  Carolina del Sur multiplicaban el lunes los llamados para el retiro de la bandera confederada del frente del parlamento estatal.