Miles de brasileños se manifestaron este viernes pacíficamente en casi todos los estados de Brasil en defensa de la democracia y de Petrobras, inmersa en un megaescándalo de corrupción, mientras crecen los llamados a protestar contra la presidenta Dilma Rousseff el domingo.

Estudiantes, sindicalistas y campesinos acudieron a las marchas convocadas por la Central Única de Trabajadores (CUT) y movimientos sociales como los campesinos Sin Tierra, afines al gobernante Partido de los Trabajadores (izquierda).

La CUT dijo que reunieron a unos 148.000 manifestantes -100.000 de ellos en Sao Paulo- en este país de 200 millones de habitantes, pero la policía estimó que fueron unos 32.000.

Vistiendo camisetas rojas -el color del PT-, agitando banderas y coreando consignas, muchos reclamaron una reforma política y defendieron a Rousseff, que fue reelecta por un margen de apenas 3% en octubre y enfrenta en el inicio de su segundo mandato duras críticas por la crisis económica y la corrupción en la estatal petrolera. Su popularidad cayó en 19 puntos en febrero, a 23%.

"Yo estoy a favor de Dilma, de la defensa de la democracia, pero también estoy contra la corrupción", dijo a la AFP Gerson Tadeu Conti, un médico de 67 años que protestó junto a otros cientos de personas frente a la sede de Petrobras en Sao Paulo, donde se desató una fuerte lluvia.

"Tenemos que defender a Petrobras, es nuestro patrimonio. Nunca se ha visto tanta corrupción como ahora. [Los que robaron] que se vayan todos a la cárcel", añadió.

El domingo, contra Dilma 

Las protestas de este viernes han sido convocadas en vísperas de otras marchas contra Rousseff previstas este domingo en todo Brasil, donde algunos grupos pedirán el 'impeachment' (destitución) de la mandataria.

En las redes sociales, donde han sido convocadas estas marchas contra el gobierno, abundan los internautas que reclaman una intervención militar que ponga fin a más de 12 años de gobierno del PT.

"¡No va a haber golpe!", cantaban este viernes cientos de manifestantes en Brasilia, al ritmo de tambores.

"Aquí es la fiesta de la democracia, con alegría y sin odio. Ese grupo que saldrá a la calle el domingo quiere regresar a los tiempos duros. Esa derecha golpista no entendió que Dilma ganó con 54 millones de votos. Tenemos críticas al gobierno federal, sí, pero sabemos que va a defendernos", dijo en el acto de Río de Janeiro un portavoz de los obreros metalúrgicos, antes de emprender la marcha hacia la sede de Petrobras.

La economía brasileña ha crecido muy poco en los últimos cuatro años y está ahora estancada, hay déficit de cuentas públicas y balanza comercial e inflación elevada (7,7% en 12 meses). El gobierno impulsa un ajuste fiscal para poner la casa en orden, pero esto disgusta a su vez a parte de la izquierda.

Debido a la tensión política y la incertidumbre en vísperas de las protestas, el real profundizó su caída el viernes y cerró en 3,266 por dólar (-3,25%). Este es el menor valor del real desde abril de 2003.

Clima tenso 

Brasil vive un clima político de gran incertidumbre luego de que la Corte Suprema autorizara la investigación de decenas de políticos -incluidos dos gobernadores, 12 senadores y 22 diputados en funciones- por su supuesto involucramiento en la trama de sobornos y lavado de dinero de Petrobras. La mayoría pertenecen al PT o a partidos que integran la coalición de gobierno.

Los manifestantes de este viernes, sin embargo, también tienen reclamos para hacer al gobierno, ya que rechazan el ajuste fiscal en curso y el alza de la tasa de interés (actualmente en 12,75%).

"Toda mi vida he sido del PT, voté por Lula y por Dilma, pero ahora está difícil seguir apoyando al partido. Brasil está yendo mal, la economía está mal, nosotros estamos mal. Yo no quiero que Dilma se vaya, pero sí que haya un cambio. Como agricultor no me sustento, hago otros trabajos de albañil para llegar a fin de mes", dijo a la AFP en Sao Paulo Iraní Amaro da Silva, un campesino de 54 años de Pauliceia (estado de São Paulo), que vestía un chaleco rojo de la CUT y un sombrero de paja.

"Por otro lado, están todos estos robos en Petrobras que ya no se aguantan. Nosotros somos pobres, apenas llegamos a fin de mes, y tenemos que ver todo eso. Es difícil apoyarlo (al gobierno), pero la oposición tampoco nos representa. Estamos perdidos, sin un modelo", lamentó este agricultor.