Más de 7 mil hondureños han vuelto al país tras abandonar caravana hacia EEUU




Tegucigalpa, Honduras.

Más de 7 mil hondureños que desistieron de seguir en la caravana de migrantes con rumbo a Estados Unidos han regresado a su país de manera voluntaria, informó hoy una fuente oficial.

Según un informe del Instituto Nacional de Migración de Honduras, hasta este martes habían retornado al país un total de 7 mil 13 migrantes hondureños, 3 mil 933 de ellos adultos.

Los otros 3 mil 80 son menores de edad, de los que 504 viajaban solos, señala el informe oficial.

El 79,3 por ciento de los migrantes, unas 5 mil 559 personas, ha retornado en autobuses procedentes de México y Guatemala, y el 20,7 por ciento lo ha hecho en avión desde esos mismos países, añade el documento.

Las autoridades hondureñas han negado la salida a 716 nacionales, 326 de ellos menores, por tener "impedimentos de salida por falta de requisitos", indicó el Instituto Nacional de Migración.

Los que retornan, según autoridades hondureñas, reciben asistencia de un equipo interinstitucional que les facilita alimentación, revisión médica y transporte a sus comunidades de origen, entre otros servicios.

La primera caravana de migrantes partió el 13 de octubre de San Pedro Sula (norte del país) con dirección a Estados Unidos y entró a México el 19 de octubre.

El principal contingente de la caravana de migrantes centroamericanos avanza en grupos por el noroeste de México, todavía a unos 2 mil kilómetros de Tijuana, donde ya se han congregado algunos centenares ante la atenta mirada de Estados Unidos.

Varios centenares de migrantes -unos 350- llegaron ya a Tijuana en las últimas horas y se han sumado a otros grupos que arribaron a esa ciudad fronteriza en días recientes, entre ellos un centenar de miembros del colectivo lésbico, gay, bisexual y transexual (LGBT).

Una veintena de migrantes se atrevió incluso a trepar la valla fronteriza este martes, ante la atenta mirada de la Patrulla Fronteriza de EE.UU., mientras que alrededor de una treintena de habitantes de Playas de Tijuana, donde el muro fronterizo se adentra en el mar, se reunieron con autoridades de la policía municipal para externar su descontento por la llegada de migrantes.

Del lado estadounidense se ha reforzado la seguridad, se han cerrado algunos accesos en las garitas que conectan Tijuana y San Diego, y se desplegaron más elementos de las fuerzas armadas.

Estos soldados forman parte de los 5 mil 600 que la administración de Donald Trump envió a Texas, Arizona y California para colaborar con las autoridades migratorias cuando lleguen las caravanas.