Francia y Malta recibirán 100 de los 450 inmigrantes sin rumbo en el Mediterráneo




Roma, Italia.

El jefe de gobierno italiano reivindicó este resultado como un éxito "después de una jornada de contactos telefónicos y por escrito con todos los 27 líderes europeos". Afirmó que le recordó a sus pares "la lógica y el espíritu de reparto contenida en las conclusiones del consejo europeo a finales de junio".

Este nuevo episodio migratorio en aguas del Mediterráneo abrió el sábado un nuevo pulso sobre un tema que divide aguas en Europa en momentos que hay una baja significativa de llegadas de migrantes clandestinos al continente.

Más temprano, el ministro del interior italiano, Matteo Salvini, aseguró que las dos embarcaciones recibieron la orden de "dirigirse hacia el sur, Libia o Malta", durante una comparecencia conjunta con el jefe del gobierno, Giuseppe Conte.

"Necesitamos un acto de justicia, respeto y valentía para luchar contra los traficantes de personas y provocar una intervención europea", afirmó Salvini, el líder de la ultraderechista Liga, según declaraciones citadas por las agencias.

Según fuentes de la presidencia del Consejo de ministros, citadas por medios italianos, Conte pretendía reclamar a otros países de la UE la redistribución inmediata de estos inmigrantes, cuyo desembarco en Italia está prohibido.

Tras haber zarpado de Libia, un barco de madera con 450 inmigrantes fue localizado el viernes en aguas internacionales, pero en la zona de intervención maltesa.

A través de un intercambio de correos y de llamadas telefónicas, Roma intentó el viernes que las autoridades maltesas se hicieran cargo de estos inmigrantes.

La Valeta, sin embargo, respondió que la embarcación se encontraba más próxima de la isla italiana de Lampedusa y que la mayoría de sus tripulantes prefería llegar a las costas italianas.

Este sábado trasladaron a los inmigrantes a otras dos naves y ocho de ellos pudieron desembarcar en Lampedusa por motivos médicos.

Según fuentes italianas, algunos inmigrantes se lanzaron al mar cuando vieron dos naves, una italiana y otra británica, de Frontex, del programa europeo de control de las fronteras. Esto obligó a estas embarcaciones a rescatarles.

El futuro de estos inmigrantes, todavía incierto, resulta parecido al del barco de rescate alemán "Lifeline" que, con 233 inmigrantes a bordo, a finales de junio, tuvo que esperar una semana en alta mar antes de que terminara el pulso entre Roma y La Valeta y les permitieran desembarcar en Malta.