Familiares se manifiestan por las muertes de policías en Río de Janeiro




Río de Janeiro, Brasil.

Un centenar de familiares de agentes de policía se manifestaron este domingo por la mañana en la playa Copacabana de Rio de Janeiro, donde 91 miembros de las fuerzas del orden han muerto desde principios de año.

La última víctima fue Hudson Silva de Araújo, que murió en la noche del sábado a domingo cuando su patrulla fue atacada por hombres armados en la favela de Vidigal, situada sobre el barrio de Leblon, uno de los más chics de la ciudad, indicaron las autoridades locales.

Se trata del tercer agente muerto en una semana en Río, donde se produce un crimen de este tipo cada 54 horas en promedio.

Los manifestantes, reunidos en la playa de Copacabana, llevaban 91 crucecitas de madera con los nombres de todos los policías muertos en lo que va de año, 14 más que en todo 2016.

Acompañada por varias viudas de agentes muertos, Sandra Vasconcellos, que sostenía una de esas cruces, ha pasado la noche consolando a su hijo, que trabajaba con el agente muerto en Vidigal.

"Mi hijo está vivo, está bien, pero me ha dicho: 'Mama, no se si voy a poder dormir'. Es una sensación horrible saber que mi hijo puede ser el próximo", declaró a la AFP.

Algunos manifestantes transportaban un ataúd con un maniquí vestido con un uniforme de policía ensangrentado.

Un año después de haber sido anfitriona de los juegos olímpicos, la "ciudad maravillosa" es presa de un estallido de violencia, con una media aterradora de tres personas al día alcanzadas por balas perdidas en la primera mitad del año, sobre todo de tiroteos entre policías y narcotraficantes.

Se trata de una situación alarmante, agravada por la crisis financiera que afecta al estado de Rio, que se encuentra al borde de la quiebra y donde miles de funcionarios reciben su salario con meses de retraso, incluidos los agentes de policía.

"Vivimos una situación caótica en Rio. Los policías reciben sus salarios con retraso y cuando un auto tiene un problema, tienen que adelantar su propio dinero y pedir ayuda a los colegas para arreglarlo. Es deprimente", deploró Diego Muguet, uno de los organizadores del movimiento.

Otras marchas de apoyo a los policías están previstas este domingo en otras ciudades brasileñas, especialmente en Sao Paulo, la capital económica del país.