El gobernador de California, Jerry Brown, declaró este miércoles el estado de emergencia en la zona de Los Ángeles por una gran fuga de gas metano que ha obligado a miles de personas a abandonar sus casas desde octubre.

"Todas las agencias pondrán a disposición personal, equipamientos e instalaciones para garantizar la respuesta de este incidente" ocurrido en el suburbio de Porter Ranch (norte), señaló Brown en un comunicado.

El escape fue detectado el 23 de octubre en un pozo situado a unos 2.500 metros bajo tierra.

Las autoridades calculan que cada hora se liberan en la atmósfera entre 30.000 y 58.000 kilos de metano.

La compañía de gas Southern California (SoCalGas) sigue intentando controlar la fuga, pero no prevé tenerla resuelta hasta finales de marzo.

Aunque no supone un peligro para la salud de los vecinos, los daños al ecosistema serán graves, principalmente por las emisiones de gas de efecto invernadero.

SoCalGas reafirmó su compromiso por "mitigar el impacto medioambiental", de acuerdo con su portavoz Kristine Lloyd.

El consejo de California sobre recursos del aire (California Air Resources Board) estima sin embargo que la fuga ha incrementado las emisiones estatales de efecto invernadero en un 25%.